Solo la mitad de los trabajadores están satisfechos con su calidad de vida laboral

  • Según radar de bienestar laboral elaborado por Sodexo Beneficios e Incentivos

  • La tasa de compromiso de los chilenos con el trabajo ha caído de 92% a 68% en tres años, principalmente por el descontento con su desarrollo profesional y falta de reconocimientos por parte del empleador.

Un fuerte cambio en el trabajo es lo que se ha podido observar durante los últimos cinco años en el mercado laboral, donde las nuevas generaciones han puesto en discusión la compatibilidad de la vida personal con el trabajo y las distintas formas de cómo este se ejecuta, permeando por completo a las oficinas y haciendo que se cuestionen la satisfacción y calidad de vida que están teniendo.

Fiel reflejo de lo anterior es que tan solo el 50% de los trabajadores dice encontrarse satisfecho con su calidad de vida laboral, 32 puntos porcentuales menos que hace tres años.

Así lo evidenció el Índice de Calidad de Vida 2019 (ICV), realizado por Sodexo Beneficios e Incentivos, el cual mide el bienestar de las personas en cuatro ám¬bitos: trabajo, vida personal, social y físico/mental.

El director ejecutivo de Servicios de Consultoría de EY, Pablo Arnuncio, explica que muchas empresas no están sabiendo adaptarse al nuevo perfil del colaborador. "La personas que se están incorporando al mercado le dan mucha más relevancia a la vida personal y no tanto a temas como la remuneración".

Según el estudio, el 55% aseguró que está feliz con su calidad de vida en general, especialmente en los entornos personal y social. Sin embargo, al desglosar esta cifra, se descubrió que la vida laboral de los chilenos es la que tiene mayor grado de insatisfacción (29%).

¬"Esto, porque se encuentran descontentas con su desarrollo personal, sus reconocimientos y su bienestar en el espacio de trabajo. Sumado a esto, se demostró que la tasa de compromiso de las personas con el trabajo cayó de un 92% a un 68%"_, explica Carola Téllez, directora de Marketing de Sodexo Beneficios e Incentivos.

A ojos de Janet Sprohnle, directora ejecutiva de People & Partners, muchos trabajadores pueden sentir que hay aspectos en la dimensión del trabajo que están en deuda. "Por ejemplo, el reconocimiento y la posibilidad de desarrollo profesional, elementos que de un tiempo a esta parte sienten que dependen de ellos mismos y no siempre son otorgados por las empresas".

”Y es que, culturalmente, la lealtad siempre ha sido favorecida por sobre la productividad, comenta el docente de UNegocios FEN U. de Chile, Jaime Riquelme, -"donde los trabajadores que no se sientan reconocidos es probable que vean cómo trabajadores menos productivos pero leales a la autoridad acceden a mayores oportunidades. La sensación de injusticia al interior de las oportunidades podría provocar también parte de esta insatisfacción laboral"._

Este descontento, para Pablo Fuenzalida, socio fundador de Dinámicas Humanas, da una luz de esperanza para que las empresas puedan evolucionar. "Es valioso que los equipos y organizaciones apunten a convertirse en lugares donde las personas evolucionen alcanzando con eso un mayor desarrollo, bienestar y resultados de negocio", dice.

El desarrollo personal en el contexto laboral tiene un alto impacto y una baja satisfacción respecto a otras subdimensiones, destaca Téllez, quien además explica que es la fuerza laboral más joven, de entre 25 y 35 años, es la que necesita mayor desarrollo profesional. "Esto demuestra que las empresas tienen la responsabilidad de mejorar la calidad de vida de sus trabajadores fuera del ámbito laboral, por medio de iniciativas que se puedan implementar desde el trabajo, como los beneficios".

Pese a que las cifras dan cuenta de que lo monetario no prima por sobre otros aspectos, iniciativas de privados como el "10x" -que en las remuneraciones mensuales máximas y mínimas no existan más de 10 veces un sueldo de diferencia- aportan a una disminución en la desigualdad salarial al interior de las organizaciones y en el país.

Reflejo en la calle

Para María Jesús García-Huidobro, gerenta de Marketing de Laborum.com, "las personas están marchando por una vida digna, y el trabajo es una parte muy importante de la vida, donde se pasan muchas horas en él y nuestro sustento económico sale de ahí. Por eso, es una oportunidad para las empresas crear mejores condiciones y espacios de diálogo al interior de ellas".

Sin embargo, y pese a que pondera por sobre las otras tres dimensiones, un aumento en la satisfacción laboral de las personas no es lo único en que hay que fijar el norte para que el global del ICV vuelva a aumentar. Según los resultados, en la calidad social, tanto el transporte como la sensación de seguridad son declarados elementos clave que hay que mejorar.

En cuanto a lo físico/mental, tanto la salud física como la autoestima movilizan en mayor medida la evaluación que se hace en este ámbito. Mientras que en el entorno personal, que es el mejor evaluado por los colaboradores, se desprende que aspectos de mayor impacto como el estilo de vida, situación marital y logros personales tienden a estar un poco peor evaluados.

Beneficios monetarios son los más valorados

Pese a que no se calificaron como una dimensión independiente que compone la calidad de vida laboral, el estudio de Sodexo Beneficios e Incentivos reveló que las ayudas declaradas como más importantes por los trabajadores, independiente de su tenencia actual, tienen que ver con aportes directos de dinero en diversos contextos, usualmente como aguinaldos o bonos: seguro complementario de salud (68%), aguinaldo de Fiestas Patrias (60%) y Navidad (54%), bono por vacaciones (58%), entre otros.

La directora de Marketing de la compañía, Carola Téllez, explica que "a través de estas cifras queda demostrado que la entrega de beneficios genera un gran impacto en la calidad de vida, de esta manera se convierte en una oportunidad para que las empresas incorporen en su estrategia de beneficios aquellos que son más valorados y así generar un impacto positivo en la satisfacción y la calidad de vida de sus colaboradores".

Sin embargo, señala la ejecutiva, la mayoría de los beneficios que tienen un buen potencial para mejorar el índice de calidad de vida no tienen que ver con aportes directos en dinero. "Si bien la mayoría implica una transacción monetaria, el aporte percibido no radica en la transacción, sino en otros elementos de carácter más intangible, como sala cuna o cursos de inglés", finaliza.

FUENTE: El Mercurio. Capital Humano
Fecha: 18-11-2019

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