Seguridad, Minera Las Cenizas

* Por Luis Alberto Canovas Parro, Jefe de Servicios Operacionales

El vocablo seguridad tiene origen etimológico en el latín, derivando entonces a lengua vernácula desde el término Secūrus definido como «Libre y exento de riesgo».

Claramente, conforme transcurren los años y las épocas, el concepto de aquello que percibimos como tolerable frente al riesgo ha ido fluctuando.

Prueba de lo anterior se refleja en el anuncio supuestamente publicado en un diario británico en 1914, por el Marino irlandés Sir Ernest Shackleton, que decía; “Se buscan hombres para viaje peligroso, Sueldo escaso, frío extremo, largos meses de completa oscuridad, peligro constante, no se asegura el regreso. Honor y reconocimiento en caso de éxito”, ante lo cual se recibieron más de 5.000 solicitudes.

Conforme cambian los tiempos, la sociedad comprende el valor de la seguridad como un punto cardinal del desarrollo humano. Todas nuestras tareas domésticas, profesionales e incluso recreativas, adquieren un foco en la optimización, eficiencia y por ende la seguridad.

Seguridad y la industria minera nacional

La industria minera nacional, pionera tantas veces en innovación y constantemente buscando modelos que propicien tareas más seguras y por tanto eficientes, busca mejores resultados reduciendo la variabilidad en los procesos. En pocas décadas nuestro país pasó desde trabajar con escasos EPP en extenuantes faenas con poca regulación a operar equipos mineros en forma remota a miles de kilómetros.

Cambiamos el paradigma de cumplir un objetivo de producción a como de lugar, sin importar las consecuencias, a cumplir mayores desafíos con planificación y seguridad, minimizando los riesgos.

En resumen, hoy en nuestros procesos la seguridad presiona a la operación, para buscar con ingenio, soluciones eficientes y seguras

Autocuidado: consciencia de los riesgos y peligros propios de una tarea.

Pero quizás el paradigma más grande que aún ronda como fantasma en nuestro inconsciente colectivo, es que son otros quienes deben cuidar de nosotros.

El auto cuidado se convierte en realidad cuando cada uno de nosotros es consciente de los riesgos y peligros propios de una tarea, entiende cual es el procedimiento establecido, cuenta con los medios necesarios para realizar la labor y finalmente se convierte en el primer control.

De ahí en más, cuando un operador debidamente instruido, advierte la existencia de un riesgo y por convencimiento propio detiene una tarea insegura, hemos triunfado como organización, por qué ya no delegamos la responsabilidad de nuestra seguridad en otros, sino que, muy por el contrario, discernimos entre lo seguro y lo inseguro estando inmersos en un equipo de trabajo donde la prevención es un valor y no una palabra vacía, ya que existe confianza para transparentar una desviación.

Ese trabajador entonces, cuando realiza sus funciones tiene la motivación de formar parte de una compañía seria, eficiente e íntegra, donde pasan de las palabras a los hechos y donde cualquier persona querría trabajar.

Ninguno de nosotros es tan bueno como todos nosotros juntos

Sortear dificultades, repensar procesos y al mismo tiempo lograr objetivos no es tarea sencilla, pero bajo la premisa de que ninguno de nosotros es tan bueno como todos nosotros juntos, podemos tener el convencimiento de que el equipo logrará las metas propuestas.

Conforme avanzamos en la conciencia del auto cuidado, seremos capaces de cuidarnos mutuamente, tal como lo señaló la Doctora en Antropología de la Universidad de Columbia, Margaret Mead, quién consideraba como primer signo de civilización, un fémur fracturado que gracias a los cuidados de la comunidad logró sanar. Si bien sus estudiantes comúnmente sindicaban anzuelos y artefactos como el primer vestigio de la civilización humana, la Doctora Mead, señalaba que, para lograr que un hueso pueda sanar, se requieren cuidados, ser alimentado y ser protegido de los peligros.

Muy por el contrario, los animales lesionados, al no contar con ese cuidado mutuo, simplemente morirán antes de sanar.

Volver al hogar sin lesiones

En sus 44 años de historia nuestra Compañía atesora múltiples hitos destacables, pero no hay mayor logro que un trabajador que vuelve a su hogar después de faena, sin lesiones y puede transmitirle a su familia orgulloso, que es parte de un equipo que lo valora y respeta tanto profesional como humanamente.

Sea esa entonces, la piedra angular que sustente la viga maestra de nuestros propósitos, el valor humano por sobre objetivos de corto plazo y la creación de una cultura de auto cuidado que nos permita en el largo plazo ser una organización líder del rubro.

 

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