Del cuidado de la salud

El sobrepeso aumenta el riesgo de caídas y lesiones

  • Los médicos traumatólogos advierten que un peso corporal excedido, al recaer sobre las caderas, rodillas y tobillos; altera la postura, la forma de caminar y aumenta el riesgo de daño a huesos, músculos, y especialmente articulaciones, aumentando el riesgo de provocar caídas y lesiones.

Subrayan la necesidad de aumentar la conciencia sobre los efectos musculoesqueléticos del sobrepeso, y en especial de la obesidad, y promover medidas preventivas y terapéuticas para disminuir impactos en la seguridad y calidad de vida de las personas.

El sobrepeso cambia la densidad mineral ósea, afecta la fuerza y flexibilidad muscular, y la estabilidad articular. Estas alteraciones biomecánicas llevan a un mayor desgaste de las articulaciones, cambios en la marcha, y aumentan el riesgo de caídas y lesiones.

Efectos sobre Huesos y Articulaciones

El sobrepeso ejerce presión sobre caderas, rodillas y tobillos, lo que favorece su desgaste e induce a una mayor curvatura de la columna debido al aumento del peso abdominal.

Este mayor peso abdominal provoca que las rodillas se separen alterando la distribución del peso y el eje de las articulaciones, lo que. a su vez, lleva a las personas con sobrepeso, especialmente a los obesos, a caminar dando pasos más cortos afectando los músculos del tobillo, lo que aumenta el riesgo de caídas.

Riesgo de Artrosis

El aumento de peso está directamente relacionado con un mayor riesgo de artrosis, especialmente en las rodillas y más notablemente en mujeres.

Cuidados y prevención

La reducción del índice de masa corporal (IMC) es esencial para disminuir los riesgos del sobrepeso y de la obesidad.

Alimentación

Para ello es de la mayor importancia adoptar un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada que evite todo alimento ultra procesado alto en sodio y azúcares añadidas; consumir carbohidratos provenientes de cereales y harinas integrales; privilegiar la comida natural, libre de aditivos químicos; y favorecer la ingesta del tipo de grasas esenciales que se encuentran en el aceite de oliva, nueces y otros frutos secos.

Para fortalecer los músculos, comer  frutas y verduras frescas y optar por proteínas de origen animal, de pre­ferencia pescados y productos del mar, así como legumbres, huevos y lácteos descremados.

Ejercicio físico

Para minimizar los efectos negativos del sobrepeso y la obesidad, además de bajar de peso, es recomendable realizar ejercicios de fortalecimiento muscular combinados con trabajo aeróbico.

Los ejercicios de bajo impacto recomendados inicialmente pueden incluir bicicleta móvil o estacionaria, elíptica o caminadora, enfocándose en fortalecer los músculos y mejorar la estabilidad articular.

Previo a empezar a hacer ejercicios es recomendable hacerse antes una evaluación cardiovascular y ser guiado por un profesional, de manera de ir aumentando progresivamente la intensidad.

¿Por qué sentimos necesidad de comer dulces?

  • De acuerdo a investigadores en los EE.UU., sentir necesidad de comer dulces es algo normal entre las personas, sin embargo, es conveniente poner atención cuando esta necesidad se convierte en un deseo insistente que permanece a lo largo del día.

El azúcar es una fuente de energía clave, dicen, y cuando los niveles de azúcar en la sangre disminuyen en forma acelerada, el cuerpo reacciona generando un fuerte cierta ansia de consumir azúcar y carbohidratos para restaurar esos niveles de energía.

Advierten que cuando la necesidad de azúcar se vuelve intensa y permanente puede esconder algunos problemas de salud a lo que hay que prestar atención.

Caída drástica de los niveles de azúcar en sangre

De acuerdo a distintas investigaciones comer mucho azúcar, además de afectar los estados de ánimo, la digestión y producir  inflamación intestinal, puede provocar drásticos y rápidos incrementos y caídas en los niveles de azúcar en la sangre, de manera que cuando el nivel de azúcar en la sangre baja, el cuerpo reacciona generando un fuerte deseo de azúcar y carbohidratos como manera de restaurar energía.

Bajos niveles de dopamina y serotonina

La dopamina y la serotonina son neurotransmisores responsables de enviar señales de alivio y bienestar al cerebro, que disminuyen cuando se consumen pocos carbohidratos.

Consumir azúcar y carbohidratos sirven a liberar dopamina y con ello a generar sensación de placer creando una urgencia de consumir más azúcar para experimentar placer nuevamente.

Pérdida de líquidos, azúcar y sal

Una dieta baja en carbohidratos, al igual que algunos medicamentos, pueden disminuir los niveles de insulina, lo que a su vez reduce la retención de sodio y agua.

Como el cuerpo necesita reponer lo que le está faltando, deseará más azúcar y carbohidratos para compensar lo que está perdiendo.

Niveles elevados de estrés o alteraciones emocionales

El exceso de cortisol, que es la hormona asociada al estrés, aumenta la ansiedad por consumir alimentos dulces reconfortantes.

Estudios indican que el estrés puede interferir con la sensación de «estar satisfecho», lo que estimula la necesidad de comer y de un mayor consumo de alimentos ricos en azúcar.

¿Qué pasa si consumes sal de forma excesiva?

  • Según lo explican los gastroenterólogos, comer muy salado puede tener diversos efectos negativos en el cuerpo dado que la sal, o más específicamente el sodio en la sal, juega un papel crucial en la regulación de la cantidad de agua en nuestros vasos sanguíneos.

Normalmente, tendemos a pensar que comer salado depende de cuánto usamos el salero y cuánta sal le echamos a la comida; sin embargo, los alimentos procesados, de consumo prácticamente diario en el último tiempo, esconden la sal bajo el nombre de «cloruro de sodio agregado» incluyen altos niveles de sal que son ingeridos por las personas, sin que se percaten de ello.

Así, un alto nivel de sodio en la sangre retiene más agua en los vasos sanguíneos, aumentando con ello la presión arterial y elevando el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

Otro riesgos que se asocian al consumo abundante de sal son:

Obesidad e hígado graso

  • Reducción de los microbios saludables y de los metabolitos que en nuestros intestinos ayudan a mantener relajados los vasos sanguíneos, alterando así la presión arterial.
  • Mayor riesgo de desarrollar cáncer de estómago y colon.
  • Alteraciones en el oído interno que pueden provocar vértigos, pérdida auditiva y tinnitus.
  • Probabilidad de desarrollar osteoporosis.

Para mitigar los riesgos asociados con el consumo excesivo de sal, se sugiere:

  • Limitar la ingesta de alimentos altamente procesados, que suelen contener grandes cantidades de sodio.
  • Enfocarse en una dieta rica en alimentos vegetales no procesados, como legumbres, nueces, semillas, cereales integrales, frutas y verduras.
  • Buscar un equilibrio entre el sodio y el potasio en la dieta, ya que el potasio puede ayudar a contrarrestar algunos de los efectos negativos del sodio en el cuerpo.

Siguiendo estas recomendaciones, es posible disfrutar de los alimentos y sus sabores, manteniendo al mismo tiempo una ingesta saludable de azúcar y de sal.

 

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