Prevención: sismos y catástrofes
- En un país de alta sismicidad y permanentemente expuesto a incendios, apagones, inundaciones o sismos como los que están ocurriendo en el norte del país, llama a tomar conciencia de la necesidad de estar preparados para eventuales emergencias naturales y prevenir situaciones que pueden resultar lamentables.
En una zona sísmicamente activa, como la Región de Coquimbo, lugar donde han ocurrido terremotos como el de 2015, de magnitud 8.3; y el de 1922, de 8.5, la liberación continua y progresiva de energía acumulada es un proceso que conlleva riesgo residual para zonas contiguas ubicadas al norte y sur de esa área.
Si bien los expertos descartan un gran sismo inminente en Coquimbo, sí muestran preocupación por los sectores colindantes donde otras capas tectónicas pueden haber acumulado energía en una magnitud suficientes como para generar grandes terremotos, como los de 1960 y 1922.
Llaman, por tanto, a la población mantenerse alerta y prevenida.
No sólo terremotos
La recomendación no es sólo ante los terremotos, puesto que Chile es un país altamente expuesto a emergencias naturales como incendios, inundaciones, tsunamis y cortes de energía que requieren de una atención permanente.
La prevención comienza en el hogar
La prevención y educación continua son esenciales para reducir riesgos en caso de emergencias en eventos naturales.
Esta práctica de autocuidado debe empezar en el hogar donde es esencial:
- Evaluar riesgos: identificar la vulnerabilidad del hogar en casos de incendio; exposición a las llamas; peligros de derrumbes de paredes o infraestructuras; existencia de obstáculos en las vías de salida, etc..
- Plan de emergencia familiar: elaborar un plan familiar de contingencia, designar a un líder y asignar roles específicos.
- Estar preparados: realizar simulacros periódicos, aprender primeros auxilios y el uso de extintores y conocer si existen indicaciones municipales para catástrofes y rutas de evacuación.
- Kit de emergencia: mantener un un contenedor o mochila que incluya agua, alimentos no perecibles, utensilios de cocina, linternas, radio portátil, cargadores, botiquín, extintor, herramientas básicas, ropa, documentos esenciales y dinero en efectivo.
- Revisión periódica: verificar cada tres meses el estado y vigencia de alimentos perecibles, medicamentos y adecuación de insumos.
- Cuidados especiales: en el hogar, almacenar en lugares seguros, lejos de fuentes de calor, los productos inflamables como bencina, parafina, aerosoles y detergentes; realizar periódicamente revisiones y mantenciones preventivas certificadas de estufas, cocinas y cálifonts; evitar la instalación y mantención de redes de gas y agua, y tendidos de electricidad realizados por personal no autorizado.