Del Cuidado de la Salud

La vejez comienza a los 36

  • Eso de «adulto joven», dicen los expertos, es un eufemismo para decir que la juventud se acabó. Atrás quedaron los asados hasta hartarse, el trasnoche sin consecuencias y los fines de semana con tres días de «carrete».

Entre los 36 y con mucha suerte, hasta los 46,  el cuerpo empieza a pasar la factura.

Según estudio publicado en la revista Annals of Medicine, que siguió durante más de 60 años a personas nacidas en 1959 (hoy, 65 -66 años), realizando registros de presión arterial, niveles de azúcar en la sangre, colesterol, circunferencia de cintura e indicadores psicológicos, identificaron una ventana crítica que se abre entre los 36 y los 46 años, que define la calidad de vida y los riesgos de enfermedades para el futuro por venir.

Década silenciosa

Se trata de una etapa de transición crucial, que a menudo pasa desapercibida, en que mujeres y hombres empiezan a mostrar los efectos acumulativos de hábitos de vida, que en muchos casos se toman como normales e inofensivos, pero que en la realidad fisiológica del cuerpo humano son decisivos para la salud futura.

Cambios hormonales

El documento indica como primer factor de deterioro los cambios hormonales.

  • En las mujeres comienzan a disminuir estrógenos y progesterona, cuya baja afecta músculos, huesos, sistema inmune y metabolismo;
  • En los hombres, al declinar gradualmente la testosterona, su disminución afecta la fuerza y la energía.
Riesgos acumulativos

En el proceso de envejecimiento el estudio asigna alta importancia a factores como:

  • Tabaquismo, que a partir de los 40 años, sobre todo en hombres, eleva drásticamente el riesgo de cáncer de pulmón.
  • Alcohol, que afecta a hombres y mujeres por igual, que genera daño progresivo en órganos vitales (hígado, el más sensible) y un incremento del riesgo de siete tipos diferentes de cáncer.
  • Sedentarismo  que contribuye al sobrepeso y a las pérdida de masa y tonicidad muscular;
  • Dieta insuficiente o no saludable que al no proporcionarle al cuerpo los nutrientes necesarios, predispone al desarrollo de enfermedades metabólicas, cardiovasculares y neurodegenerativas.

Prevención e intervención temprana:
El estudio y sus autores enfatizan en la necesidad de tomar conciencia de la importancia de los hábitos de conducta en la juventud que resultan clave para una vejez activa y saludable.

A quienes se encuentran en la «década silenciosa» le indican que nunca es demasiado tarde para modificar conductas y que incluso pequeñas cambios en el estilo de vida, como

  • dejar de fumar,
  • moverse más,
  • reducir el alcohol y
  • adoptar hábitos sanos de alimentación, en cantidad y calidad,

pueden tener un efecto enorme en la longevidad y calidad de vida del adulto mayor.

Dependencia de los padres del teléfono daña la salud mental de los hijos

  • En aumento desde la aparición de los teléfonos inteligentes, el «phubbing» o ninguneo telefónico, se ha convertido en una adicción que daña severamente las relaciones sociales, en especial de las familias dentro del hogar, con alto riesgo de afectar el desarrollo emocional y la salud mental de los hijos menores. 

Traducido al español como «ningufonéo», este desaire, falta de respeto o mala educación es el acto de ignorar a una persona o a quienes te rodean para prestar más atención a tu teléfono u otro dispositivo electrónico.

Imagen diaria

Conducta repetida a diario por madres y padres que revisan el celular, ven televisión o atienden llamadas, es una escena que se ha vuelto habitual en los hogares mientras sus hijos intentan contar algo que les parece importante, pedir ayuda escolar o simplemente compartir momentos de cariño.

Según encuestas, el 70% de los padres utiliza pantallas mientras come o comparte con sus hijos y sin embargo, advierten los especialistas, aunque parezca normal, es un comportamiento agresivo que podría estar dejando en los pequeños una huella más profunda de lo que se cree,  con un impacto negativo en las relaciones interpersonales y en la salud mental del niño.

Importancia de poner atención

Poner atención a la comunicación cara a cara con los hijos es esencial para el desarrollo del lenguaje, la empatía y los vínculos afectivos, dado que el cerebro infantil se moldea a través de las interacciones significativas con adultos.

Lo que puede ser mas grave, si la atención constante de los padres al teléfono u otras pantallas es interpretado por el niño como un desinterés, minusvaloración o desprecio  hacia su persona; situación que puede afectar su autoestima, dificultar la comunicación afectiva y generar una sensación de incompetencia.

Efectos negativos en niños

El uso generalizado de pantallas por adultos, que se extiende por imitación al resto de los componentes del hogar, expone a los menores a:

  • Aumento de estados de tristeza, aislamiento, ansiedad y/o agresividad.
  • Menor desarrollo cognitivo y del lenguaje.
  • Mayor apego y dependencia de dispositivos.
  • Empobrecimiento de las actividades y habilidades físicas.
  • Problemas de  interacción y apego y social.
  • Fluctuaciones emocionales rápidas.
  • Reducción del juego creativo.
Recomendaciones

De opinión de los expertos, dado que no es aconsejable prohibir y que resulta imposible eliminar el uso de pantallas, se debe:

  • Generar conciencia sobre la necesidad de uso responsable de los teléfonos y de pantallas;
  • Explicar los problemas y riesgos del uso irrespetuoso del teléfono y otros dispositivos; Establecer acuerdos intrafamiliares sobre ocasiones y horarios clave para usar, apagar o silenciar el celular.

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