Primer Ranking Latinoamericano de Sustentabilidad
-
La medición es liderada por Costa Rica, Uruguay y Brasil, que cuentan con una combinación de factores que les permiten acumular, en promedio, los mejores índices.
-
Andrés Musalem León De La Barra
-
Este ranking contó con el apoyo en su diseño del consultor Rodrigo Berríos y con la participación del investigador Esteban Navarro.
La ubicuidad del cambio climático es tal, que invadirá en el corto plazo la vida cotidiana modificando nuestros hábitos, la forma de consumir e incluso nuestros horarios.
Por eso las prioridades de política pública de los estados van a cambiar dramáticamente, desde el sector de la salud hasta el de la seguridad energética, y se sumará el desafío replantear las relaciones internacionales en torno a la cooperación global.
Prueba de esa forma de hacer política pública que irá quedando atrás es la extremadamente pobre forma en que se ha enfrentado la crisis de la Amazonía, los incendios en Australia, la ampliación del Canal de Panamá para el comercio global, las respuestas que damos a la rebelión de los jóvenes, por nombrar algunos ejemplos de diversos ámbitos. El reto global aún está desastrosamente subestimado por nuestros líderes y, probablemente, por la ciudadanía también.
Interesados en este tema, en AméricaEconomía Intelligence nos pusimos el desafío de elaborar el Primer Ranking Latinoamericano de Sustentabilidad, midiendo a los países de la región.
Este primer esfuerzo está basado en los datos disponibles que muestran el estado actual de la sustentabilidad en una serie de dimensiones, con las que hemos diseñado un índice regional. Son resultados medioambientales que se han ido acumulando durante años y que cambian lentamente.
Este ranking es un ejercicio que iremos perfeccionando y profundizando cada año. La próxima tarea será incorporar más aspectos de política pública, regulaciones y capacidad de implementación de cada país, que den cuenta de los compromisos de los gobiernos.
Consideraremos también los eventos y desastres ecológicos significativos recientes y otros aspectos de política que muestren o anticipen el cambio positivo o negativo de sus indicadores. Un ejemplo de desastre ecológico sería la situación actual del Amazonas, en Brasil, área que hasta hace pocos años contaba con políticas progresistas que en los últimos años han perdido fuerza y que ahora han retrocedido tras la elección del presidente Jair Bolsonaro.
En esta primera versión, el ranking considera once países de la región y comprende las siguientes dimensiones: emisiones de gases de efecto invernadero, matriz energética, manejo de biodiversidad y bosques, contaminación agrícola, manejo de recursos hídricos, calidad del aire en zonas urbanas e impuestos ambientales (para más detalle, ver recuadro “Cómo hicimos el ranking”).
Las mayores brechas de desempeño entre países se encuentran en las dimensiones de emisión de gases de efecto invernadero, impuestos ambientales, matriz energética y manejo de la biodiversidad y bosques.
El ranking es liderado por Costa Rica, Uruguay y Brasil, que cuentan con una combinación de factores que les permiten acumular, en promedio, los mejores índices.
Esperamos cumplir con esta primera entrega del Ranking Latinoamericano de Sustentabilidad, nuestro propósito final: relevar los esfuerzos -y a menudo su ausencia – por parte de los países para enfrentar el enorme desafío medioambiental, el mayor que enfrenta la región y todo el planeta.
Cómo hicimos el ranking
El ranking de Sustentabilidad está compuesto por siete dimensiones en las que contamos con información cuantitativa de indicadores estandarizados y respaldados para cada uno de los once países que estudiamos, y cuya última medición publicada no fuera anterior al año 2016. En cada dimensión se asignó un puntaje 100 al país con el mejor desempeño en esa área, y para el resto de los países se calculó la proporción correspondiente de esa base 100.
Las Emisiones de Gases Efecto Invernadero tienen un peso de 28% sobre el índice final. En esta dimensión consideramos las emisiones totales ajustadas por Producto Interno Bruto (PIB), es decir, ratio entre gases de efecto invernadero bajo el Protocolo de Kioto (medido en toneladas de dióxido de carbono equivalente) y el PIB en US$ millones ajustados por paridad de poder de compra a precios internacionales. Excluye gases de efecto invernadero resultantes del uso agrícola de la tierra y la silvicultura (UTCUTS).
La Matriz Energética pesa 16% del índice final, y para puntuar esta dimensión consideramos dos componentes: la generación de electricidad de fuentes renovables definidas como la geotérmica, solar fotovoltaica, biocombustibles, viento e hídrica, sobre el total de electricidad generada en el país. En segundo lugar, una medida de intensidad energética del PIB, entendida como el consumo total de energía de la economía sobre el PIB.
En la dimensión Biodiversidad y Bosques, que pesa 6% del índice final, también consideramos dos subcomponentes: en primer lugar, las áreas protegidas terrestres sobre el total del área terrestre del país, incluyendo aguas continentales y las áreas marinas protegidas sobre el total de aguas territoriales en cada país; y la ganancia o pérdida de hectáreas de bosque, esto es, bosque plantado, bosque primario y otro bosque regenerado naturalmente, a lo largo de un período de diez años en cada país.
La dimensión Contaminación Agrícola pesa 6% del índice final, y para medirla tomamos el uso de pesticidas en los cultivos (insecticidas, fungicidas, bactericidas -incluido tratamientos de semillas-, herbicidas, reguladores del crecimiento, rodenticidas, aceites minerales, desinfectantes y otros). Además de lo anterior, consideramos como segundo factor el manejo sustentable del nitrógeno.
Para la dimensión Recursos Hídricos, que aporta 8% al resultado final, consideramos dos factores: primero, un índice de estrés hídrico construido a partir de la relación entre las extracciones totales de agua (usos domésticos, industriales, de riego y ganaderos, tanto de consumo y no consumo) y la cantidad de agua renovable disponible (agua superficial y subterránea); segundo, una medida de tratamiento de aguas residuales recolectadas, generadas o producidas, normalizadas por la población conectada a instalaciones centralizadas de tratamiento de aguas residuales en cada país.
En Calidad del Aire consideramos la concentración media anual de material particulado de menos de 2,5 micras de diámetro en áreas urbanas, ponderado por la población urbana del país. Esta dimensión pesa 20% del índice total.
Finalmente, para la dimensión Impuestos Ambientales hemos considerado los impuestos recaudados en cada país por concepto de combustibles, electricidad, CO2 y vehículos de motor y transporte, como porcentaje del PIB. A este indicador le dimos un peso de 16%, ya que creemos que es un proxy a la dimensión política, toda vez que requiere voluntad de los poderes Ejecutivo y Legislativo de cada país en orden a modificar las normativas de impuestos.
Es importante señalar que en esta primera edición hemos considerado solo dimensiones con datos publicados y medidos de forma estandarizada para todos los países incluidos. Esto en muchos casos muestra el impacto acumulado del desempeño y las políticas del país en los últimos años. Pero no hemos incluido variables de política pública del año 2019-2020, cuyos resultados aún no se reflejan en las métricas consideradas. En la próxima edición apuntaremos a medir más precisamente esta dimensión de política medioambiental de los gobiernos latinoamericanos, que en esta primera edición está solo aproximada por la métrica de impuestos ambientales como porcentaje del PIB.
Si desea contactarse con nosotros sobre los aspectos metodológicos de este ranking, sugerimos escribirle a nuestro director de Intelligence, Andrés Musalem: amusalem@americaeconomia.com
Listado de fuentes utilizadas:
- Food and Agriculture Organization
- International Energy Agency
- Organisation for Economic Co-operation and Development
- Organización Latinoamericana de Energía
- Potsdam Institute for Climate Impact Research
- Sustainable Development Solutions Network
- United Nations Environment World Conservation Monitoring Centre
- Yale Center for Environmental Law and Policy
- World Bank
- World Health Organization
- World Resources Institute