Escuchar: Una competencia clave en coaching y en la vida

  • Potenciar la escucha profunda.
  • En el ámbito del coaching, escuchar en plenitud mejora el resultado del proceso. Mientras que en nuestras vidas impacta en todas sus áreas.

Escuchar es crítico.

Así lo constata una encuesta realizada el año pasado a cuatro mil profesionales de países europeos por Boston Consulting Group, que reveló que una de las tres cualidades más apreciadas en un buen líder es saber escuchar. Stephen Covey, connotado profesor y escritor estadounidense, ya en 1989 incorporaba la escucha empática como uno de los siete hábitos de las personas exitosas.

En coaching, distintos estudios sugieren que desarrollar una curiosidad empática, definida como la habilidad de escuchar y comprometerse con el coachee, mejora considerablemente el resultado del proceso.

Los beneficios

Primero, mejora la calidad de la relación.

Esto porque cuando una persona se siente escuchada, suele abrirse y se crea un puente de empatía.

Segundo, proporciona valiosa información para comprender a la persona y el proceso que está viviendo.

También transmite respeto y el mensaje de que la persona es significativa para uno, lo que refuerza su autoestima. Todos aspectos fundamentales en la eficacia de un proceso de coaching.

Pero si es tan positivo, ¿por qué cuesta tanto escuchar bien?

La principal dificultad proviene de nuestros propios intereses, creencias y expectativas. Somos selectivos y filtramos lo que alguien dice en función de lo que nos interesa o la apreciación que tenemos sobre la persona.

Desarrollando el propio »noise cancelling» (reductor de «ruidos» o interferencias)

La buena noticia es que es una competencia que se puede desarrollar. Se sabe que realizar ejercicios de memorización y/o concentración, así como meditar favorece el desarrollo del «músculo» de la atención y, por ende, facilita una escucha profunda.

La coach Herminia Gomá propone hacer un esfuerzo deliberado por focalizarse en cuatro áreas:

  • cabeza (lenguaje verbal),
  • cuerpo (lenguaje no verbal),
  • corazón (emociones) y
  • conciencia (valores),

Lo que denomina las 4C’s de la escucha.

La idea es practicar estar absortos en las palabras del otro, descartando cualquier interferencia, ya sea de índole interior o exterior. Lo anterior, sería equivalente a lograr desarrollar nuestro propio sistema de «noise cancelling» (reductor de «ruidos» o interferencias), tecnología utilizada en audífonos para reducir ruidos no deseados.

Esta es quizás la lección más difícil de aprender, ya que implica un fuerte trabajo personal de aquietarse para poder estar presente con todos los sentidos en atención de un otro. Es poner foco en lo que se dice, pero también en lo que no se dice.

Centrarse en lo sutil, lo no evidente. En otras palabras, escuchar en plenitud es un arte, y cualquier mejora que hagamos al respecto tendrá un tremendo impacto en todas las áreas de nuestras vidas.

FUENTE: El Mercurio – Clase Ejecutiva UC

Fecha: 27-04-2021

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