El ejercicio es bueno para la salud del corazón y la grasa abdominal podría aumentar el riesgo de demencia

  • La velocidad no influye:

  • Incluso aunque se trote poco, este ejercicio reduce el riesgo de muerte

  • La grasa abdominal podría aumentar el riesgo de demencia.

Quienes corren menos de 50 minutos a la semana tienen 30% menos posibilidades de fallecer de una enfermedad cardiovascular que los que no lo hacen, dice un nuevo estudio.

No importa cuántas veces salga a correr a la semana.

Cualquier "dosis" es buena para disminuir el riesgo de muerte, según un estudio publicado ayer en la revista British Medical Journal of Sports Medicine.

Según los investigadores del Instituto de Salud y Deporte de la U. de Victoria (Australia), "si más personas corrieran, sin necesidad de hacerlo por una distancia muy larga ni a mucha velocidad, se mejoraría sustancialmente la salud y la longevidad de la población"._

Para saber cuánto es necesario correr a fin de alcanzar estos potenciales efectos positivos, los investigadores analizaron 14 estudios que siguieron, en conjunto, a 232.149 personas, durante 5,5 y 35 años. Mientras estos se realizaron, 25.951 participantes murieron.

Así se vio que quienes trotaban, sin importar la cantidad de tiempo ni de kilómetros recorridos, tenían 27% menos riesgo de muerte por cualquier causa -para ambos sexos-, en comparación con las personas que no realizaban este ejercicio.

Además, el correr estaba asociado a 30% de menos riesgo de morir por una enfermedad cardiovascular y 23% de menos probabilidad de muerte por cáncer.

Tratamiento efectivo

Para el doctor Nicolás Bunster, cardiólogo de Clínica Universidad de los Andes, el estudio comprueba algo que la ciencia conoce hace tiempo: "Siempre les digo a mis pacientes que el ejercicio es la medida más económica para mejorar la salud cardiovascular. No hay ningún medicamento que pueda disminuir el riesgo de morir en esa cifra, y si existiera, tendría un costo, además de efectos secundarios. Por eso el deporte es fundamental en la prevención. Si todos hiciéramos deporte, la cantidad de enfermedades sería menor", asegura.

Para Bunster, eso sí, no se trata de un beneficio exclusivo del trote, sino que es parte de cualquier ejercicio que genere gasto calórico y aceleración del corazón. "Las personas pueden obtener el mismo beneficio nadando, caminando o bailando", asegura.

Las bondades del deporte en la salud cardiovascular, explica, se deben a varias causas: "Disminuye el riesgo de hipertensión y a los pacientes hipertensos les ayuda a controlarla. Además tiene un efecto en el endotelio, que es un efecto en las arterias que ayuda a su vasodilatación y al correcto funcionamiento de la coagulación".

El bienestar para otras patologías también es multifactorial: "Se suman todas las sustancias antioxidantes que se liberan, hay más endorfinas y mejor ánimo. Además, habitualmente una persona que hace deporte tiene hábitos más saludables, disminuye el consumo de alcohol y come más sano. No hay un solo factor que influye".

En el estudio, incluso se vio que correr en pequeñas "dosis" -una vez a la semana o menos, durante un máximo de 50 minutos por vez, a una velocidad bajo los 8 km/h- se asocia a una significativa mejora de salud y longevidad.

La grasa abdominal podría aumentar el riesgo de demencia


* **Análisis de casi un millón de personas:**

  • El exceso de tejido adiposo podría afectar al cerebro a través del síndrome metabólico, el cual puede producir un estado de inflamación neuronal.

Se sabe que existe una fuerte asociación entre el tejido adiposo que se acumula en el abdomen y la posibilidad de desarrollar diabetes y problemas cardiovasculares.

Pero un nuevo estudio sugiere que las consecuencias no terminan allí y que la grasa abdominal esconde otros riesgos.

La investigación, publicada ayer en la revista Obesity, demostró que una mayor circunferencia de cintura se asocia con una mayor posibilidad de sufrir demencia en la tercera edad.

Se trata de una de las investigaciones más extensas publicadas hasta ahora. Realizada por científicos del Departamento de Metabolismo de la Universidad de Corea {del Sur), esta incluyó un análisis de los casos de casi un millón de personas.

"Para todos los médicos que se ocupan de la medicina geriátrica, la obesidad y la demencia, este estudio enfatiza que la circunferencia de cintura debe considerarse en la evaluación de riesgo de demencia relacionada con la obesidad en los ancianos", dijo Hye Jin Yoo, profesora de endocrinología y metabolismo de la Universidad de Corea y líder del trabajo.

En el texto, la investigadora y sus colegas destacan que la circunferencia de cintura es un indicador más preciso que el índice de masa corporal {IMC) para medir el nivel de grasa visceral de una persona, la cual se ha relacionado con menores niveles de cognición. De allí la importancia de medirlo en los pacientes.

Varios estudios anteriores a este habían arrojado una asociación entre una mayor grasa abdominal y un mayor riesgo de deterioro cognitivo en personas con diabetes. Otros trabajos también habían encontrado una relación entre mayor índice de masa corporal {IMC) y un mayor riesgo de demencia. Esto llevó a los investigadores coreanos a querer entender más estas asociaciones.

Para ello, analizaron los casos de 872 mil pacientes, quienes fueron seguidos alrededor de seis años. Du¬rante ese período, fueron sometidos a mediciones de su circunferencia de cintura y presión.

También fueron entrevistados sobre sus hábitos de alimentación, actividad física y tabaquismo. Al final, los resultados mostraron que una circunferencia de cintura mayor o igual a 90 cm para los hombres y 85 para las mujeres aumentaba significativamente el riesgo de sufrir demencia al final de la vida.

Marco Arrese, subdirector del centro de envejecimiento y regeneración {CARE) de la U. Católica, explica que ambos factores podrían estar relacionados por el síndrome metabólico.

"Quienes tienen circunferencia de cintura elevada normalmente tienen síndrome metabólico", dice el médico.

"Este hace que circulen sustancias en el tejido adiposo que también pueden llegar al tejido encefálico y hacer que haya neuroinflamación, lo que puede determinar un deterioro de funciones cognitivas", añade Arrese.

FUENTE: El Mercurio
Fecha: 06-11-2019

Compartir artículo:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *