Cesco lidera propuesta para impulsar nueva fundición de cobre
- Ven 30 años de atraso, en una industria en la que Chile era líder mundial:
En un documento elaborado por un grupo de expertos apuntan al rol estratégico de esta iniciativa, y aclaran que es un negocio industrial, a cargo de privados, con una inversión de US$ 1.000 millones.
“Suponemos que ha una acción proactiva consistente del Estado como articulador inicial, pero claramente el financiamiento debe venir del sector privado", Alejandra Wood, DIRECTORA EJECUTIVA DE CESCO.
Como "un buen negocio para Chile" ven en el Centro de Estudios del Cobre (Cesco) el impulsar una nueva fundición, después de más de tres décadas manteniendo la misma capacidad de tratamiento del mineral.
La entidad elaboró un documento, el cual fue liderado por expertos como Gustavo Lagos e Iván Valenzuela, entre otros, en el que indican la necesidad que existe en el país para tomar una decisión estratégica para la próxima década.
"Creemos que la minería está en un punto de inflexión. Sabemos que no son cambios fáciles, las condiciones han cambiado, los yacimientos están maduros, han caído las leyes, no ha habido descubrimientos significativos", advierte la directora ejecutiva de Cesco, Alejandra Wood, respecto de la necesidad de avanzar en agregar valor a la producción minera.
Chile, a pesar de ser el principal productor de cobre del mundo, ha ido perdiendo drásticamente su capacidad de fundición. En 1990 el país también lideraba la producción de fundiciones, con un 14,6% de participación global; seguido por EE.UU., con 12,9%, y Japón, con 11,6%. Esto cambió totalmente y en 2018 Chile tenía 7,9% y lo superaban Japón, con un 8,7%, y China, con un 35,3%.
En este escenario, el estudio apunta, más allá de una evaluación económica, a que se debe tener una perspectiva estratégica, relevando también la excelencia ambiental. Ello implica capturar la gran mayoría de los elementos nocivos que ingresan a las fundiciones en los concentrados, pero además, evitar el transporte marítimo de estos.
Los autores del análisis reconocen también que es prácticamente imposible competir con el mercado chino, que ha desarrollado importantes tecnologías y menores costos.
"Hay que pensar más allá del cátodo, tiene que ser una fundición con nicho en concentrados sucios, con alto contenido de arsénico. Hay que impulsar un polo metalúrgico que sea competitivo, ambientalmente de última tecnología y que permita generar recuperación de otro tipo de metales, que es un desafío grande y difícil, pero que es la discusión que debemos tener'', añade Wood.
Las fundiciones chinas han tenido un crecimiento tan acelerado, que se han visto obligadas a rebajar sus valores de tratamiento de cobre para asegurar el suministro. Así, en lo que va del año, los precios del servicio están en torno a los US$ 60 la tonelada, el menor valor en ocho años. De mantenerse estas condiciones en Cesco proyectan que hasta el 80% de las exportaciones de cobre serían concentrado en 2035.
Otra de las premisas es que se trata de un negocio metalúrgico y no minero, por lo que los ingresos son menores. Aunque se trata de cifras atractivas, con una rentabilidad (TIR) de 12,9%, un buen indicador para una actividad industrial de largo plazo. La fundición tendría una capacidad de un millón de toneladas de concentrado, es decir, 280 mil toneladas de cobre, y requiere de una inversión de US$ 1.000 millones.
En el estudio se asume que la fundición ahorra el 50% del costo del flete marítimo de concentrado a China. El otro 50% del ahorro lo percibe la minera que vende el concentrado. Con todo, desde Cesco indican que este debe ser un negocio industrial de privados, en el que el Estado debe tener un rol de catalizador.
FUENTE: El Mercurio
Fecha; 08-08-2020