Mantener a raya la hipertensión, la sal y las grasas trans puede salvar millones de vidas
Hacer más ejercicio, evitar alimentos ultraprocesados y comer más frutas y verduras son algunas medidas que pueden prolongar la vida de casi 100 millones de personas.
Amenazas
Presión alta:
Es responsable de 10 millones de muertes anuales a nivel global, según datos de 2016. Se estima que el 31,5% de los adultos tiene presión elevada, pero solo un tercio recibe tratamiento. En Chile, el 27% de la población sobre 15 años la padece {y el 73% de los mayores de 65).
Sodio:
Aunque la OMS recomienda no consumir más de 5 g de sal {equivalentes a una cucharadita) al día, la ingesta promedio mundial es del doble {en el país es 9,4 g diarios).
Al menos 2,3 millones de muertes anuales se atribuyen a esta causa, que favorece la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares.
Dieta inadecuada:
El consumo de grasas trans provoca 500 mil muertes al año. Se sugiere limitar su ingesta a menos del 1% del total de calorías diarias necesarias, pero en la práctica puede llegar al 6,5% en algunos países. Se en¬cuentran sobre todo en productos industrializados y elevan el nivel de colesterol en la sangre.
Controlar la presión arterial, reducir el consumo de sodio y eliminar las grasas trans podría prevenir, a nivel global, alrededor de 94 millones de muertes prematuras por enfermedad cardiovascular, en los próximos 25 años.
Se trata de factores cada vez más habituales y que hoy amenazan la buena salud de la población, según investigadores de la U. de Harvard {EE.UU.). "Cada región del planeta tiene diferentes tasas de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular, y sus prevalencias de hipertensión, ingesta de sal y grasas trans también varían, pero el efecto de estas medidas puede tener un impacto enorme en la salud cardiovascular de todo el planeta hacia el 2040", dice a "El Mercurio" el doctor Goodarz Danaei, autor principal del trabajo publicado ayer en la revista Circulation.
Junto a sus colegas, analizaron datos globales de múltiples estudios y de la Organización Mundial de la Salud {OMS) para realizar cálculos del efecto que cada intervención tendría en la salud pública.
Así, determinaron que aumentar el tratamiento de la hipertensión arterial al 70% de la población mundial podría prolongar la vida de 39,4 millones de personas.
"Reducir la ingesta de sodio {sal) en un 30% podría evitar otros 40 millones de muertes y también podría ayudar a disminuir la hipertensión, un factor de riesgo importante para la enfermedad cardiovascular".
En tanto, eliminar el consumo de grasas trans podría prevenir 14,8 millones de muertes prematuras. "Tradicionalmente se considera a cualquier muerte que se produce antes de los 70 años", explica Danaei.
Actuar rápido
A nivel global, las enfermedades no transmisibles -como infartos cardíacos, accidentes cerebrovasculares, obesidad, diabetes-, son la principal causa de muerte: cobran unos 38 millones de víctimas anuales. El 40% de ellas tiene menos de 70 años.
De allí que las tres intervenciones analizadas por Danaei, si bien suponen un gran desafío, son alcanzables y asequibles, sugiere el investigador.
Para la doctora Mónica Acevedo, directora de la Sociedad Chilena de Cardiología, el foco debe estar en niños y jóvenes. "Controlar estos factores es dificilísimo para los mayores de 50 años", precisa.
A su juicio, son urgentes políticas públicas multidisciplinarias, en las que participen diferentes sectores y ministerios.
"Necesitamos promover una cultura del ejercicio, con clases de educación física entretenidas; bajar impuestos en frutas y verduras; reducir la sal en restaurantes; educar al equipo médico sobre estos beneficios". Pero hay que actuar rápido, advierte Acevedo: "Para 2025, se esperaba reducir en 25% la mortalidad cerebrovascular, pero con los números en Chile esto será imposible"_.
FIENTE: El Mercurio
Fecha: 11-06-2019