Reúso y reciclaje, imperativos para cuidar el agua
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Soluciones sustentables
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Aplicar la reutilización del agua requiere educar para que las personas puedan comprobar que, con un trata¬miento adecuado, el reúso del agua residual es efectivo y no acarreará problemas a la salud.
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Los sistemas de reúso de aguas residuales tratadas son una práctica común en países como Israel, Singapur, Estados Unidos y Australia.
En un escenario en el que el acceso al agua fresca es cada vez más complejo, tanto por el aumento de la demanda humana y productiva, como por la mayor escasez del recurso, el tratamiento de las aguas residuales se presenta como el camino más eficiente y sostenible. Así lo ven en SUEZ, empresa que cuenta con una de las mayores gamas de soluciones disponibles en esta materia.
La creación de una subsecretaría del agua, la construcción de más embalses y más plantas desalinizadoras son algunas de las ideas que surgen como medidas para hacer frente a la gravísima sequía que vive nuestro país. Y, si bien estas iniciativas pueden ayudar a paliar la crisis hídrica, exis¬ten otras dos alternativas también relevantes, que apuntan al origen del problema.
Se trata de la reutilización y el reciclaje del agua, procesos que suelen confundirse, pero que no son lo mismo. Mientras "reusar" o "reutilizar" es darle a un material una segunda vida útil, "reciclar" es someter un elemento a un proceso especial para así volver a utilizarlo con su finalidad original o para algo distinto.
A nivel doméstico, una forma de reúso es utilizar aguas grises -aquellas que ya han sido empleadas, por ejemplo, para lavar ropa- en la descarga de la taza del baño. Asimismo, en la industria minera, se puede rebombear el agua ocupada en los tranques de relaves para usarla directamente en el proceso minero.
En cuanto al reciclaje, una experiencia exitosa es la del condado de Orange, en California, donde existe un siste¬ma de reabastecimiento de agua subterránea. Las aguas servidas son tratadas a través de microfiltración, osmosis inversa y luz ultravioleta con peróxido de hidrógeno, lo que produce agua de alta calidad que se bombea y reinyecta en las napas subterráneas, donde se filtra naturalmente complementando los suministros de agua potable del condado. En la actualidad, este sistema tiene una capacidad de producción de 378.000 m3/día.
Roberto Saldaña, jefe de Procesos en SUEZ Chile, explica que tanto la reutilización como el reciclaje de agua contribuyen de manera importante a un desarrollo más sostenible, dado que reducen el consumo de este elemento y disminuyen el impacto de los residuos en el medio ambiente. "Si la sequía continúa con la intensidad de los últimos años, la reutilización y reciclaje se convierten en un imperativo", advierte Saldaña. Mayor potencial de reúso o reciclaje.
De acuerdo al último informe de la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), en Chile el 81,6% de las aguas servidas tratadas a nivel país (proveniente de 244 plantas) va a dar a cursos de agua; un 12,7% (38 plantas) termina en el mar; un 3,7% (11 plantas) se ocupa en riego; un 1,7% (5 plantas) se descarga en algún cuerpo de agua, y un 0,3% (1 planta) se entrega para uso industrial. Si se suma lo utilizado en riego y a nivel industrial, el reúso solo alcanza el 4% del total de las plantas.
A nivel global, esa cifra fluctúa entre 4 y 8% y se estima que el 80% de las aguas residuales del mundo todavía se descarga en ríos y océanos, a pesar de que existe la tecnología para poner fin a este desperdicio del recurso.
Compañías como SUEZ, distinguida en 2019 como la "Empresa más eficiente en el campo de la reutilización del agua" durante el congreso de la Asociación Internacional de Desalinización (IDA), cuentan con una amplia gama de soluciones basadas en el tipo de fuente de agua y las aplicaciones de reutilización requeridas, ya sea en agricultura, procesos industriales, recarga de aguas subterráneas o reutilización directa en agua potable.
Entre los sectores con mayor potencial de reúso o reciclaje de agua se encuentra la minería, una industria que ha debido aprender a recircular gran parte del líquido que utiliza, porque las faenas normalmente están lejos de la costa y a gran altura, donde existe escasez hídrica. De acuerdo con el informe de Cochilco de 2018, la gran minería del cobre reutiliza el 72,1% del agua.
Las sanitarias también tienen una enorme oportunidad, dice Roberto Saldaña. Un ejemplo exitoso a nivel nacional es el de las biofactorías desarrolladas por SUEZ para Aguas Andinas, donde un porcentaje importante del recurso hídrico se vuelve a usar.
Leonardo Romero, Ph.D y director del Magíster en Aplicaciones de Ingeniería Ambiental de la Universidad Católica del Norte, coincide. Dice que las sanitarias presentan el mayor potencial en esta materia: "En el caso de Antofagasta, se generan aproximadamente 1.000 L/s. de agua residual, y solo al 10% de esa agua se le aplica un tratamiento secundario, vale decir, un sistema biológico de lodos activados convencional. Al 90% restante se le realiza un tratamiento primario y se descarta al mar vía emisario marino".
Estas soluciones también funcionan con éxito en industrias como la del papel y la celulosa, y en la de alimentos y bebidas, que pueden reaprovechar sus efluentes en sus propios procesos.
Desafíos locales
Los sistemas de reúso de aguas residuales tratadas son una práctica común en el mundo, especialmente en Israel, Singapur, Estados Unidos y Australia. Pero en Chile las experiencias son aún escasas.
¿Por qué? Una razón, esgrime Roberto Saldaña, de SUEZ, es "el costo de implementación de este tipo de sistemas. Es poco intuitivo para una empresa invertir en recuperar agua usada, dado que el agua fresca está todavía fácilmente disponible" Una forma de abordar esta dificultad es "promoviendo y fomentando medidas con un marco jurídico e incentivos claros, como beneficios tributarios o subsidios; dice.
Gerardo Díaz, jefe de proyectos Iniciativa Reúso de Aguas Residuales Tratadas en Fundación Chile, cree que para que la reutilización de aguas residuales sea una realidad a nivel nacional se debe seguir el ejemplo internacional y crear un entorno propicio con el apoyo de políticas públicas para el uso de fuentes de agua no convencionales, "además de trabajar en una normativa clara y definida que permita reutilizar esta nueva fuente de agua".
La opinión del académico Leonardo Romero es que estas prácticas no se han masificado por problemas de percepción, que se traducen en falta de clientes. Además, "hay que considerar que los probables consumidores de este tipo de agua son la agricultura y la minería, pero el agua residual posee ciertos elementos orgánicos que permanecen aún después del tratamiento secundario, lo que hace que el agua tratada no sea posible de aplicar en algunos procesos mineros en donde se necesita agua ultra pura" explica.
Una solución sería realizar un tratamiento avanzado, pero esto conlleva a un incremento en el costo de producción de agua de reutilización, "lo que hace poco viable su uso en comparación, por ejemplo, con la desalación del agua de mar" agrega Romero.
Los expertos coinciden en que el tema pasa también por una cuestión de comunicación a la comunidad, "en cuanto a que el reúso de estos efluentes tratados con altos estándares de calidad puede asegurar la inocuidad en su aplicación a diferentes sectores productivos", dice Gerardo Díaz.
"Aplicar la reutilización del agua requiere educar para que las personas puedan comprobar que, con un tratamiento adecuado, el reúso del agua residual es efectivo y no acarreará problemas a la salud”; complementa Leonardo Romero.
Australia: a la vanguardia en la gestión del agua
Si hay un país que sabe de sequías y de condiciones climáticas extremas es Australia. Así ha quedado demostrado en las últimas semanas. Está en el continente habitado más seco, pero algunas de sus regiones son las más húmedas del planeta. Sufre sequías prolongadas, pero en cuestión de días es azotado por inundaciones catastróficas. Es uno de los territorios con menos densidad de población, pero está más urbanizado que casi cualquier otro país.
Por eso, la gestión del agua es para ellos un tema fundamental y los gobiernos, la industria y los ciudadanos le han dado prioridad, realizando cambios en la gobernanza, modificaciones en las conductas e innovando en tecnología.
El sector minero australiano es líder mundial en reutilización de agua, en eficiencia en el uso del recurso hídrico en la mina y en asegurar el suministro en áreas remotas y de difícil acceso. En la agricultura también utilizan agua residual tratada para sus regadíos y su uso se extiende cada vez más al ámbito doméstico.
Existe un enfoque en la diversidad de fuentes que no sorprende a los australianos, y beber aguas residuales recicladas no es una idea loca, sino una realidad.
El sistema de gestión del agua de la ciudad de Perth es ejemplar. Tiene dos plantas de desalinización que funcionan a plena capacidad, y desde 2017 ha estado bombeando aguas residuales recicladas a las aguas subterráneas de la ciudad. Funciona así: Water Corporation, el principal proveedor de agua en Australia Occidental, toma las aguas residuales tratadas, las trata nuevamente para llevarlas al nivel de consumo y luego las devuelve a las capas subterráneas. Perth extrae la mayoría de su suministro de agua potable de ahí.
FUENTE: El Mercurio
Fecha: 27-01-2020