Goldman Sachs asegura que el cobre es el nuevo petróleo y que marcará nuevos récords en un superciclo que recién comienza
- El metal rojo alcanzaría una nueva marca histórica dentro de 12 meses, para seguir en una racha alcista que lo llevaría a US$6,8 la libra en 2025. Conseguirlo va a ser un asunto de “seguridad nacional”, de acuerdo a experto inversionista.
“No hay descarbonización sin cobre”, asegura un informe de Goldman Sachs, que ha redoblado sus apuestan por el metal rojo hasta US$4,9 la libra dentro de un año. La ruta alcista en la que alcanzaría ese máximo histórico no acabaría ahí, pues el banco de inversiones apuesta por una racha de largo aliento, que lo llevaría hasta los US$6,8 en 2025.
No por nada la entidad considera que que el “cobre es el nuevo petróleo”, intentando dar cuenta con esa metáfora del superciclo que se está configurando tanto por elementos que provienen de la oferta como la demanda.
“El cobre será crucial para lograr la descarbonización y reemplazar el petróleo con fuentes de energía renovables y el mercado actualmente enfrenta una crisis de suministro que podría elevar el precio en más de 60% en cuatro años”, se lee en un informe en el que se oficializa el incremente de sus perspectivas de Goldman Sachs y que sigue a la presentación que hizo uno de sus analistas esta semana en la Conferencia Mundial del Cobre de esta semana.
Diversos fundamentos
Nicholas Snowdon, estratega de metales del banco, señaló en el evento virtual que en los próximos 12 meses se superará el máximo de US$4,457 alcanzado en 2011 gracias a tres elementos. En primer lugar apuntó a una subinversión estructural de largo aliento en áreas como minería, infraestructura y producción industrial.
Asimismo, considera relevantes las políticas de redistribución introducidas en respuesta a la crisis que generó el coronavirus, las cuales estarán concentradas en cubrir necesidades sociales intensivas en materias primera, en lugar de la estabilidad financiera. Finalmente, apuntó al masivo gasto público, particularmente en los Estados Unidos, el cual tiene como uno de sus principales objetivos avanzar hacia una transformación verde.
“Estimamos que US$16.000 millones tendrían que destinarse a infraestructura centrada en el medio ambiente para lograr los objetivos de descarbonización, en comparación con los US$10.000 millones invertidos por China en el superciclo anterior”, precisó Snowdon.
De todas maneras, el experto también destaca el rol que jugaría nuestro primer socio comercial en este boom que recién comienza, indicando que “la demanda china sigue siendo muy fuerte, con un crecimiento de 4% este año, respaldada por la solidez de la inversión en infraestructura, una sólida fase de financiamiento en el sector inmobiliario y también una fuerte recuperación en los sectores liderados por el consumidor”, indicó.
A lo anterior, Snowden suma las positivas previsiones de otros mercados emergentes, señalando que el “crecimiento de la demanda en las economías desarrolladas a un ritmo más rápido que en China, cerca del 7% de este año”.
Un asunto de seguridad nacional
Si bien en el mencionado evento hubo voces más pesimistas, que no anticipan un salto de grandes proporciones en el marco del enfriamiento del boom que se observa desde enero, Robert Friedland, fundador y copresidente de Ivanhoe Mines que explora y desarrolla minas en África, respaldó la tesis de Snowden, asegurando que encontrar suficiente cobre para la transformación verde se convertirá en un asunto de seguridad nacional para los países.
“Todo es cobre, cobre, cobre, cobre, cobre, cobre”, señaló el multimillonario inversionista, de acuerdo a lo consignado por Bloomberg, agregando que el origen de los suministros futuros de cobre _“será un tema de ferviente debate”_, al igual que la forma de gravarlos y regularlos.
En ese contexto, añadió que “en el corto plazo, hemos tenido un gran aumento en el precio del cobre, pero a mediano plazo, el cobre se ha convertido realmente en un asuo de seguridad nacional. Es fundamental para lo que queremos hacer con nuestra economía”.