Los errores que persisten en la ciudadanía sobre el correcto uso de las mascarillas
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A casi un año del inicio de la pandemia, se mantienen algunas dudas.
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Especialistas alertan sobre el contagio por aerosoles producto de cubrebocas mal ajustados, con aberturas, y apuntan a falta de comunicación sobre el riesgo.
Hay tres formas de infectarse de coronavirus, según expertos y distintos estudios alrededor del mundo: por contacto de superficies que lo porten, por gotas de saliva tipo «proyectiles» que ingresan a la boca, nariz u ojos cuando una persona contagiada las escupe, o bien, por aerosoles.
Estos últimos son gotas de saliva más pequeñas, también expulsadas desde la boca, pero que no saltan y caen al suelo como las comunes, sino que quedan flotando en el aire por más tiempo y representan un mayor riesgo de contagio.
Y esta manera de contraer el virus preocupa sobremanera a los expertos durante el último tiempo, a medida de que se ha ido conociendo nueva evidencia sobre la propagación.
Según plantean, aún no se ha puesto el énfasis necesario en comunicarle a la población sobre los cuidados para evitar los contagios. De hecho, es común ver gente en la calle usando la mascarilla de forma incorrecta: acomodándola constantemente, no cubriendo su nariz y también dejando aberturas que permiten la transmisión.
Importancia del ajuste
El académico José Luis Jiménez, doctor en ingeniería por el MIT y catedrático de Química y Ciencias Medioambientales en la Universidad de Colorado, plantea que "mucha gente lleva mascarillas quirúrgicas o que tienen una buena calidad de filtro, pero no la ajustan bien. Entonces, una mascarilla que quizás podría filtrar el 95% del aire si se lleva bien puesta, termina filtrando solo el 50% porque la llevan con huecos a los costados o en la nariz".
En ese sentido, detalla que uno de los errores más comunes en la población es ajustarse la mascarilla doblando los elásticos detrás de las orejas, lo que genera una abertura en los costados.
Para evitar esto, si es que el elemento se suelta por la forma de la cara de cada persona, la recomendación es hacer un nudo en las puntas de los elásticos, y así acortarlos según se requiera.
De la misma forma, el especialista plantea que para que las mascarillas sean eficientes, deben estar completamente ajustadas a la cara. "Eso se ha comunicado de forma fatal, y se ha dado la impresión de que con ponerte una camiseta cortada o una bandana basta, pero es una tela con muy poca capacidad de filtración y tiene muchos huecos que dejan pasar aerosoles".
Jiménez también advierte que usar barba es un factor de riesgo no compatible con estos elementos: "Las mascarillas no se pueden usar con barba; la superficie donde se apoya la mascarilla tiene que estar afeitada para que pueda sellar".
¿ Usar dos es mejor?
En los últimos meses también se ha debatido respecto de la efectividad que tendría usar dos mascarillas en vez de solo una, para impedir por completo la filtración de aire a través de ellas.
Sandra López-León, médico con doctorado en Epidemiología y Genética, radicada en Nueva York, afirma que entre más grueso el espesor es mejor: "Se habla de tres capas de diferente material o de usar dos cubrebocas".
No obstante, la especialista refuerza el punto de que "lo más importante es asegurarse de que no tenga ninguna abertura. Tiene que estar sellada a la piel por todos lados".
A su vez, Jiménez añade que aunque la doble mascarilla ha sido recomendada por la CDC (Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, de EE.UU.}, la estrategia "no es una panacea, porque puede ser que al ponerte la segunda hagas el ajuste de la de abajo peor; entonces, hay que tener cuidado. Puede ser útil, pero depende de cada persona".
RIESGO
Expertos plantean que el contagio mediante superficies es menos frecuente y que hay pocos casos comprobados por esa razón.
Muchas personas suelen cruzar los elásticos de la mascarilla porque les queda suelta, creando una "X" en las mejillas que generan aberturas por los costados.
Estudios han demostrado que estas aberturas permiten la liberación de aerosoles, que son partículas de saliva más pequeñas que quedan flotando en el aire, aumentando el riesgo de contagio. Salen expulsadas principalmente hacia atrás, por lo que no hay que estar detrás ni cerca de quienes las tengan.
FUENTE: El Mercurio
Fecha: 15-02-2021