El jefe ejecutivo que quiere más mujeres en la industria minera

Andrew Mackenzie, de la gigante BHP Group:

El gerente general habla de equilibrio de género, la automatización, los activistas y de cómo va a explicar los cambios a los empleados.

En sus seis años a la cabeza de la enorme empresa minera BHP Group Ltd., Andrew Mackenzie se metió en un lío con un inversionista activista, enfrentó un fatal desastre minero y tomó medidas tendientes a modernizar el negocio de la compañía.
El resultado, dice, es un BHP más transparente, menos burocrático.

Las operaciones de la compañía abarcan desde extensos pozos de mineral de hierro en el oeste de Australia hasta minas de cobre en Chile y yacimientos de petróleo costa afuera en el Golfo de México. Aunque sus predecesores buscaban acuerdos, Mackenzie, un geoquímico que habla cinco idiomas, ha escindido activos, ha reducido el gasto y ha tenido que abordar una crisis medioambiental.

El año pasado, BHP vendió gran parte de su unidad de gas y petróleo en tierra a BP PLC por US$ 10.500 millones, poniendo fin a una costosa apuesta por el petróleo de esquisto de EE.UU. El fondo de cobertura activista Elliott Management Corp. había hecho presión para que BHP vendiera el negocio después de alcanzar una participación de más del 5% en sus acciones cotizadas en el Reino Unido.

La compañía también ha tenido que abordar las consecuencias del colapso de una represa en noviembre de 2015 en una operación conjunta de mineral de hierro en el sureste de Brasil que BHP posee con la compañía minera brasileña Vale S.A. El colapso provocó la muerte de 19 personas y contaminó cientos de kilómetros de ríos. El gobierno brasileño más tarde demandó por miles de millones en daños, y BHP y Vale aceptaron resolver algunas reclamaciones.

Ahora, Mackenzie ve otros cambios por delante. Quiere que las mujeres constituyan la mitad de la fuerza laboral de BHP y quiere agregar tecnología a más procesos de la compañía. Dice que es inevitable que las labores de los empleados evolucionen, entre las razones también de por qué BHP hace poco designó a un jefe de transformaciones.

Hace poco el jefe ejecutivo se reunió con The Wall Street Journal. A continuación, algunos extractos editados.

The Wall Street Journal: ¿Cómo la automatización ha cambiado la minería, y cómo ve su desarrollo?

Mackenzie: Yo diría que los cambios han sido hasta ahora muy pequeños, pero creo que van a ser muchísimo mayores. Deducir todo el futuro del trabajo es uno de nuestros principales desafíos, porque claramente hay oportunidades para que logremos que nuestras operaciones sean más productivas o más amigables con el medio ambiente y más seguras mediante la adopción de todas esas cosas.

WSJ: ¿Qué roles desaparecen, y cómo será la fuerza laboral dentro de una década?

Mackenzie: Creo que algunos de nuestros trabajos más básicos, como conducir camiones, operar barrenas y parte de las labores de gestión empresarial se llevarán a cabo automáticamente, mediante el uso de robots o máquinas completamente autónomas, y por lo tanto sería mucho más seguro. Seremos mucho mejores en el área de planificación, y los planificadores probablemente tendrían un rol mayor. Pero el gran cambio que habrá desde mi punto de vista, en una década, es que nos estaremos aproximando a una fuerza laboral masculina y femenina 50-50.

Establecimos esto como un objetivo para la compañía. En realidad, creemos en el equilibrio de género y hemos hecho grandes esfuerzos para esto. Es difícil. Hay muchas cosas que tenemos que hacer para con¬seguirlo. Tenemos que lograr ser más accesibles a un grupo más amplio de personas.

WSJ: La minería es una industria dominada por hombres. ¿Las nuevas tecnologías están cambiando eso?

Mackenzie: No es solo la automatización la que está permitiendo eso. Hemos tenido que cambiar realmente nuestra cultura. No puede alejarse del hecho de que hay un sinnúmero de prejuicios inconscientes, yo diría en el mundo, pero especialmente en una industria que ha sido dominada por los hombres, donde todas las normas las han escrito principalmente hombres, y hombres blancos. Hemos tenido que cambiar muchas cosas. No se da cuenta hasta que hace frente a un tigre como la representación de género 50-50 que no ve cuánta discriminación existe y cuánta negación hay y cuánto tenemos que abordar de frente.

WSJ: Cuénteme sobre un rol específico y cómo podría ser diferente dentro de una década debido a la tecnología.

Mackenzie: Empleamos a muchas personas como conductores de camiones. Tendrá algunos conductores que tienen tanta información que serán mucho más flexibles y creativos, y sus camiones se mantendrán en una forma tal que operarán teniendo un nivel mucho más alto de disponibilidad.

Para las labores más rutinarias de transporte entre la mina y donde se procesa el mineral, eso lo harán cada vez más camiones totalmente autónomos. Algunas de las personas que están conduciendo estos ca¬miones podrían terminar controlándolos desde un lugar remoto.

WSJ: Como líder, ¿cómo explica a los empleados que los roles van cambiar más adelante sin asustarlos?

Mackenzie: Es difícil tranquilizar completamente a los individuos si a ellos les gusta un rol en particular y no quieren que cambie. El modo en que nos comunicamos es que decimos que una cantidad de estos empleos simplemente le permitirá ser mucho más eficaz en la labor que hace un ser humano, y en consecuencia tendrá un trabajo más agradable. Tendrán máquinas para que hagan aquellas cosas que estas ha¬cen mejor,

En algunos casos donde tenemos mucho trabajo manual, es probable que logremos que la labor sea más fácil, de modo que puede hacer ese trabajo hasta más tarde en su carrera. No queda fuera debido a la edad tampoco. Es mucho más accesible, por ejemplo, para que las mujeres se desempeñen ahí.

WSJ: Cuando llegó a ser gerente general, no creo que tuviera mucha experiencia con inversionistas activistas. ¿Cómo han cambiado su estilo de gestión?

Mackenzie: Creo que había aspectos de tener un accionista activista que no calculé en su totalidad. Ellos son grandes accionistas, tienen algunas ideas buenas. Por lo tanto, dije: Traigámoslos a bordo y escuchémoslos. Lo hicimos. El desafío para mí fue que mucho de lo que estaban diciéndome yo lo sabía, y estábamos haciendo cosas al respecto. Así que el gran aprendizaje que tuve fue que en este mundo moderno te¬nemos que ser súper transparentes, y tenemos que aceptar que el mundo exige eso.

GLOBAL

Las operaciones de la compañía abarcan desde extensos pozos de mineral de hierro en el oeste de Australia hasta minas de cobre en Chile.

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