El cambio climático ya está dentro de barrios y casas
Los servicios básicos, el drenaje de aguas y la eficiencia energética son cada vez más sensibles a los gases efecto invernadero.
El gobierno elaboró un plan especial para las urbes que sería aprobado en enero por el Comité de Ministros.
Aluviones, fuertes lluvias, marejadas y sequías son parte de algunos de los efectos del cambio climático en Chile durante los últimos años. Pero fenómenos como la inusual nevazón del 2017, plantea la necesidad de que las ciudades estén más preparadas para una modificación climática que claramente afecta su funcionamiento.
Según el estudio “Vulnerabilidad y adaptación de las ciudades de América Latina al cambio climático”, realizado en conjunto por la Cepal y la UE, las ciudades son las principales responsables del cambio climático, tomando en cuenta que la mitad de la población mundial vive en ellas y que generan más del 80% del PIB global. El informe indica además, que el “Incremento en el escurrimiento de aguas pluviales” es el factor de cambio climático que más afecta a las ciudades, así como los “Cambios en la demanda de electricidad”.
¿Qué pasa si nieva otra vez este año en la zona central de Chile o si se generan nuevos aludes en diversas partes del país? El cambio climático es uno de los grandes desafíos no sólo para 2018, sino también para los próximos años. Sus consecuencias están en el corazón de las ciudades, en las esquinas y dentro de casas y edificios. “La importancia salta a la vista, Latinoamérica emite billones de toneladas de CO2 anualmente, lo que traerá consecuencias alarmantes para cada uno de los países si éstos no toman medidas al respecto, lo que se verá reflejado en la economía”, comentan desde Schneider Electric, compañía francesa que tiene varios proyectos en América Latina orientados a lograr un desarrollo más sustentable.
Plan multisectorial
El 2013 se preparó el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, que incluyó el mandato para realizar 9 planes sectoriales entre 2014 y 2018, de los cuales a la fecha se han aprobado 6. El último (noviembre pasado) fue el “Plan de Adaptación y Mitigación de los Servicios de Infraestructura al Cambio Climático2017-2022”, desarrollado por los ministerios de Obras Públicas y del Medio Ambiente. Este plan guía la acción climática en adaptación y mitigación en infraestructura a lo largo del país para el próximo lustro, y que aplica también a las urbes.
El documento incluye una serie de medidas y recomendaciones con respecto a temas como la evacuación y drenaje de aguas lluvias en los Planes Maestros (PMs) para centros poblados, programas de protección del territorio frente a lluvias intensas e incorporación de eficiencia energética en edificaciones ejecutadas por el MOP, entre otros elementos.
Sin embargo, el séptimo de estos planes está enfocado exclusivamente a la realidad urbana. Denominado como “Plan de Adaptación al Cambio Climático para Ciudades”, sólo falta su aprobación por parte del Comité de Ministros para la Sustentabilidad, lo que se espera ocurra en la próxima reunión de esta entidad, durante la segunda quincena de enero.
Según Fernando Farias, jefe de la División de Cambio Climático del Ministerio del Medio Ambiente (MMA), a diferencia de otros planes, en este caso se tuvo que ampliar la colaboración. “Si bien está liderado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), nos dimos cuenta que necesitábamos elementos de varios ministerios, debido a que en las lógica de las ciudades entran a jugar muchos temas como el transporte, la energía, políticas sociales, etc.”, dice Farías.
Aparte del Minvu y el MMA, participaron los ministerios de Desarrollo Social, de Energía, de Salud, de Transportes y de OOPP; además de Conaf, la Onemi y la Subdere. “No sólo Santiago debe adaptarse. Existe un gran problema en las ciudades costeras, producto de la intensificación de marejadas o en centros poblados cercanos a la cordillera por el deslizamiento de tierra. Incluso la temporada de calor ha aumentado”, indica el especialista del MMA.
El factor privado
Las empresas, especialmente las de servicios básicos también son fundamentales en la soluciones, especialmente cuando los embates de la naturaleza afectan o cortan algunos suministros como la luz o el agua. “La planificación es fundamental, así como tener en un plan de continuidad de negocio actualizado. La infraestructura es parte de la respuesta, pero ante una emergencia la gestión, la coordinación con otras organizaciones como Onemi, gobierno regional y municipios, así como la comunicación a la ciudadanía, son fundamentales”, comenta Eugenio Rodríguez, director de gestión de los servicios de Aguas Andinas.
El año pasado esta empresa elaboró un sistema de alerta temprana tipo semáforo que permite ir monitoreando el estado del servicio ante un evento potencialmente disruptivo. “Además, nuestro plan de sequía y cambio climático 2015-2030 contempla estudios de proyección y gestión de la demanda y una proyección de oferta hídrica entre otros temas”, agrega Rodríguez.
Fuente: Pulso
Fecha: 26/1/2018