Cómo abordar los inevitables conflictos en el trabajo
- Una de las claves señaladas por los expertos para mantener un ambiente laboral sano y constructivo es abordar debidamente los inevitables conflictos que se nos presentan CON el trabajo y EN el trabajo.
¿Qué se entiende por conflicto?
Entramos en conflicto cuando percibimos que algo o alguien interfiere con algún objetivo que es importante para nosotros.
Sea con la empresa, sea con nuestros pares, porque sentimos que atenta u obstaculiza nuestro: bienestar, nuestra credibilidad, nuestro status, nuestra remuneración o con nuestros planes, procedimientos o recursos.
La "presencia" y magnitud de ese conflicto depende del valor que asignamos a esa meta que percibimos obstruida por la acción u omisión de terceros.
Son situaciones inevitables y de ocurrencia diaria, algunas claras y manifiestas y con pocas posibilidades de ignorarlas; otras, menos conscientes, pero igualmente perturbadoras
Conflicto: Un problema de personas
¿Cómo lidiar con este tipo de contratiempos?
Lo primero, aceptar que el conflicto es un asunto entre personas.
Los conflictos no ocurren solos ni surgen espontáneamente. Somos las personas, con nuestros actos y nuestras expectativas, quienes hacemos que se generen.
Siendo un problema entre personas, somos las personas las que debemos despejarlos.
En el trabajo se puede optar por dos alternativas para tratar un conflicto::
- Evadirlo. Para no generar problemas con el jefe o con el equipo.
- Lo que rápidamente puede derivar en críticas de pasillo, en frustración y desmotivación; o
- Aclararlo. Para buscar una forma de remover el obstáculo.
Lo que puede realizarse:
- Con agresividad que lleva a desagradables discusiones y energiza el carácter disociador del conflicto; o
- Con gentileza que facilita la comprensión de las conductas y decisiones que crearon la situación, posibilitando negociar soluciones aceptables para los intereses en pugna.
El camino del diálogo
Elegido el camino de la interlocución, ésta debe proponerse como franca, pero deferente.
No como una queja formal o una escucha protocolar, sino como una conversación entre personas que se relacionan con personas.
¿Dialogar en qué términos?
1. No improvises
Infórmate, indaga sobre los “por qué” del desacuerdo. No te quedes en la situación que te altera. Trata de comprender las causas y el verdadero origen que llevaron a la situación problemática.
2. Establece un objetivo de acuerdo al diálogo
Qué quieres lograr en la conversación. Cuál es para ti el mínimo aceptable. Cuál es el máximo posible
3. Planifica tu discurso
Qué vas a decir. Cómo lo vas a decir. No afirmes nada que pueda tomarse como una acusación. Las personas se defienden de lo que considera críticas o reproches.
4. Prefiere las preguntas
Así puedes saber qué quieren y en qué están pensando cuando conversan contigo.
5. Escucha las respuestas
Escuchando es como conoces los hechos, los motivos y las intenciones. Escuchando es como puedes identificar la solución del impase.
Mientras te estén hablando no pienses en qué contestar para "ganar" la discusión o rebatir a tu "adversario". Escucha y piensa en cuál es tu próxima pregunta.
6. Mantén tus emociones bajo control
Relájate. Reducir la tensión física reduce la tensión emocional. Respira hondo, camina antes del encuentro, piensa positivo. No llegues al encuentro con predisposición confrontacional.
Mantén la calma. La obstrucción a nuestras ideas, a nuestros planes, a nuestros deseos nos irrita, nos impacienta, nos predispone a “explotar”, a decir lo que pensamos sin reservas ni disfraces. Tú sabes que eso no aporta positivo a una búsqueda de acuerdos. Maneja tu ira y tu frustración. No dejes que ellas te manejen.
7. Expresa tus pensamientos
Dí lo que quieres. Nadie es adivino. Nadie lee tu mente. Di lo que TÚ necesitas. No seas de los que se queda en criticar y en insistir en lo mal que lo hacen los demás.
8. No juzgues actitudes ni califiques intenciones.
Para éstas, todos tienen sus motivos; todos tienen sus excusas.
9. Habla de conductas.
Habla de hechos. Habla de resultados. Estos son fáciles de reconocer; fáciles de comprobar; fáciles de corregir.
10. Indaga, no discutas
Busca áreas de acuerdo y objetivos comunes. Todos los que formamos parte de un grupo de trabajo tenemos intereses en común. Indagar es un paso importante hacia una solución colaborativa.