La mala gestión de las mascarillas y desechos plásticos amenaza la naturaleza
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Hoy se conmemora el Dia Mundial del Medio Ambiente:
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Millones de insumos sanitarios producto del covid-19 son desechados a diario, contaminando aguas y suelos.
"Pronto habrá más mascarillas que medusas en el Mediterráneo". Esta fue la advertencia que la ONG francesa Opération Mer Propre (Operación Mar Limpio, en español) hizo junto a un video en el que muestra cómo en el fondo del mar ya es posible encontrar mascarillas, guantes de látex y otros desechos generados como consecuencia de la pandemia.
"La crisis sanitaria nos ha permitido ver lo mejor y lo peor de nosotros; si no hacemos nada va a pasar lo peor, cuando es simplemente una cuestión de sentido común evitar todo esto", dijo Laurent Lombard, fundador de la ONG.
Como una forma de prevención frente al coronavirus, el uso de mascarillas y guantes, así como de otros insumos sanitarios, se ha multiplicado de manera inevitable en todo el planeta. A la vez que el aumento del consumo de productos envueltos en plástico, en cajas o bolsas de reparto a domicilio, también están generando más desechos que lo habitual.
La preocupación es que la mala eliminación o reciclaje de estos productos terminará afectando al medio ambiente.
Un tema que hoy, 5 de junio, forma parte del Día Mundial del Medio Ambiente: la crisis sanitaria por el covid-19 ha evidenciado que cuando se destruye la biodiversidad, se destruye el sistema que sustenta la salud y la vida humana.
Un informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por su sigla en inglés) plantea que si el 1 % de las mascarillas no se desechan correctamente, eso equivale hasta 10 millones de estos productos contaminando el ambiente cada mes.
Varias naciones están alertando problemas. Ayer, Tailandia informó que solo en el mes de abril hubo un aumento de 60% de los residuos plásticos, mientras que en EE.UU., la Agencia de Protección Ambiental ha reportado bloqueos de cañerías y alcantarillas debido a que la gente arroja mascarillas, guantes y otros elementos similares al inodoro.
Eso pese a que la ONU advirtió al inicio de la pandemia que estos productos deben eliminarse en forma separada del resto de la basura.
"Se consideran productos peligrosos porque están potencialmente contaminados", dice Mario Herrera, profesor de Derecho Ambiental de la Escuela de Biología Marina de la U. de Valparaíso. "La recomendación es rociarlos con cloro o alcohol, y luego envolverlos en papel y en una bolsa, antes de botarlos".
”En países como Japón o Italia, por ejemplo, se sugería rotularlos indicando su contenido, para que fueran manipulados de forma segura por el personal que recoge la basura”, cuenta Iván Franchi, de la Escuela de Ciencias Ambientales y Sustentabilidad de la U. Andrés Bello.
Aunque finalmente van a dar al mismo lugar que el resto de los desechos, estas medidas ayudan a reducir el riesgo de contaminación hacia otros, reconocen los expertos.
Lo ideal sería que fueran incinerados o dispuestos de manera segregada en rellenos sanitarios, como se debe hacer con los residuos hospitalarios, explica Franchi. "Datos de China y España muestran que este tipo de residuos se cuadruplicó. A nivel domiciliario también hubo un aumento, sobre todo en las primeras semanas, pero luego disminuyó".
A nivel local, algunas comunas han informado una reducción de los residuos domésticos. El problema es que "se ha modificado su composición", precisa Franchi. Junto con aumentar los desechos sanitarios, "el flujo asociado al delivery en algunos sectores se ha disparado y, con eso, la cantidad de materiales potencialmente reciclables (cajas, papel, cartón)".
Para Alejandro Navech, gerente general de la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje (Anir), una buena opción es separar esos materiales reciclables y almacenarlos para llevarlos a puntos limpios en cuanto sea posible. "Esta es la base de la llamada economía circular y esta es una oportunidad de cambiar el paradigma", sentencia.
Sobre todo considerando que las tasas de reciclaje en el país son bajas (de los 36 países de la OCDE, Chile es el segundo que menos recicla). "Del total del plástico reciclado, solo el 17% es de origen domiciliario", dice Herrera. Mala cifra si se considera además que, según datos del Banco Mundial, Chile es el país sudamericano que genera mayor cantidad de basura per cápita (500 kilos al año).
Una cuestión no menor, agrega Franchi, es que al terminar la pandemia, haya una menor capacidad de reciclaje instalada. "La preocupación ya está en EE.UU. y Europa. Debido a los bajos precios del petróleo, ya se habla de que la fabricación de plástico nuevo podría ser más barata que reciclarlo".
FUENTE: El Mercurio
Fecha: 05-06-2020