Entre los valores y pautas de comportamiento que conforman el ámbito de la ética empresarial, honestidad, integridad y transparencia son principios clave, cuyas diferencias deben ser bien comprendidas, aceptadas y vividas con compromiso por todos y cada uno de los individuos que forman la fuerza laboral de la Compañía.
Honestidad
La honestidad se refiere a la veracidad y sinceridad en las palabras y acciones.
Es la base de la ética e implica ser veraz en la comunicación, tanto interna como externa.
Una empresa honesta dice la verdad y no engaña a sus clientes, empleados o accionistas.
Integridad
Es la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.
Implica actuar conforme con los valores y principios éticos que se sustentan, incluso cuando no hay presión o supervisión externa.
Transparencia
La transparencia se centra en la apertura y accesibilidad de la información.
Una empresa transparente construye confianzas con las comunidades, compartiendo con veracidad toda información que resulte relevante para los públicos interesados en el quehacer de la Compañía.