Del cuidado de la salud

Tratamiento con fármacos y ejercicio físico

  • Cada vez más los médicos están incorporando recomendaciones de actividad física junto con medicamentos para tratar condiciones como colesterol alto, hipertensión y resistencia a la insulina.

La iniciativa se suma a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de realizar, a lo menos,  150 minutos de actividad aeróbica moderada y ejercicios con pesas a la semana o 75 minutos de actividad vigorosa.

La actividad física sostenida, especialmente en jóvenes, incluso puede llegar a ser la única terapia necesaria para prevenir los riesgos cardiovasculares

En Chile, un tercio de la población sufre de hipertensión; un porcentaje similar tiene el colesterol alto y uno de cada tres adultos es insulinorresistente.

Tipos de Ejercicio

El ejercicio cardiovascular y de fuerza son útiles para controlar la hipertensión; también son efectivos los ejercicios isométricos como el yoga y el tai chi, dado que el ejercicio contribuye a la formación de nuevos capilares y el tono de las arterias ayudando a mejorar la respuesta vasodilatadora en personas hipertensas.

Hacer ejercicio al final de la tarde o caminar 15 minutos después de una comida ayuda a controlar los niveles de glucosa en sangre lo que puede reducir significativamente los niveles de azúcar en sangre y prevenir complicaciones como la diabetes tipo 2.

Sedentarismo y dolor lumbar

  • El dolor lumbar es una condición muy común que afecta a millones de personas en el mundo y que va en aumento debido al sedentarismo.

En Chile, excluyendo los dolores generados por fracturas, los episodios de lumbago sin razón aparente comienzan entre los 20 y los 30 años y se van haciendo mas recurrentes a medida en que se envejece.

Baja actividad física

Dado que la inactividad diaria, sea por razones de trabajo o estudio, tiene una alta incidencia en las lumbalgias, lo especialistas recomiendan romper rutinas y caminar para mantener las articulaciones en movimiento.

Recomendaciones para Caminar

Caminar fortalece los músculos contribuyendo a la protección músculo-esquelética, lo cual es beneficioso para la columna, previniendo la degeneración articular.

La forma de caminar debe adaptarse a la edad y condición física del paciente, por lo que las personas mayores, con sobrepeso o con alguna enfermedad deben preferir caminar en superficies lisas a un paso lento; no así las personas más jóvenes y en buen estado físico pueden caminar a mayor ritmo y en pendientes.

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