Un negocio que no es sustentable no tiene futuro en el Chile de hoy

El Estado no es el único responsable en la protección del medio ambiente.

La empresa privada, una de las mejores formas de organización para el desarrollo, también puede actuar por iniciativa propia.

La institucionalidad ambiental está funcionando, aunque con algunos problemas en el camino, como vimos con Dominga.

PROBLEMA ANTIGUO, PREOCUPACIÓN MÁS RECIENTE

Cada vez el tema ambiental es más importante y tiene más eco en la ciudadanía. Eso es una buena cosa, porque el principal requisito para abordar un problema es reconocerlo. Hoy el desafío ambiental no es un tema de algunos, es un tema que preocupa, creo, a todos nosotros.

Trataremos de entender el origen del problema, las demandas de la ciudadanía por una mejor calidad ambiental, la respuesta del Estado y de las empresas a esas demandas y, lo más importante, cómo todos nosotros como ciudadanos conscientes podemos aportar para mejorarlo.

El impacto el hombre en el medioambiente existe desde que el hombre desarrolló su capacidad de modificarlo. Y el mayor bienestar de las personas hizo que se abordaran los problemas más inmediatos: la basura, la contaminación de los ríos y del aire.

El avance de la técnica mejoró notablemente los procesos productivos, pero introdujo algunos problemas muy específicos: el uso del plomo en la gasolina, la utilización indiscriminada de pesticidas, el desarrollo de los clorofluorocarbonos (CFC), entre otros. Estos problemas han sido abordados con éxito. La tecnología, que ayudó a crearlos, también ayudó a remediarlos.

EFECTOS DEL DESARROLLO HUMANO

Pero el propio desarrollo humano trajo otros problemas, más difíciles de abordar por su ubiquidad: la necesidad de alimentar y dar vivienda a una población creciente aumentó la presión sobre los bosques y ecosistemas.

El consumo de combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas) que nos proveyeron de energía barata y abundante aumenta la concentración de CO2 y otros gases con efecto invernadero en la atmósfera. Y nos dimos cuenta -con el cambio climático- de que esta no es infinita como pensábamos.

El uso del plástico, presente en casi todos los productos que usamos y consumimos, ha resultado en una contaminación de los océanos, también considerados infinitos hasta hace poco tiempo. El agua y el aire, indispensables para la vida, están amenazados.

Afortunadamente, hemos tomado conciencia de ello. ¿Podremos superar estos problemas? Para esto es necesario entender por qué se produjeron. La mirada histórica nos muestra que la ignorancia es un gran problema. Hoy creemos que lo conocemos todo, pero cada día nos trae nuevo conocimiento.

También, el carácter de bien de acceso libre del ambiente está en la base de los problemas ambientales. ¿Qué le impide a una fábrica depositar sus desechos en el aire o en el agua de un río? ¿Tienen dueño esos recursos? Hasta hace poco no. El Estado se ha hecho cargo de este vacío, desarrollando regulaciones y leyes para el problema, limitando nuestra libertad para ejercer algunas actividades, productivas o de recreación. La restricción vehicular, cuyas limitaciones todos sentimos, es un buen ejemplo en que se limita nuestra libertad en pos del bien común. O la limitación a la explotación de ciertos recursos naturales. O el requisito de cambiar la tecnología de algunos procesos para hacerlos más amigables con el medioambiente. O la limitación a transitar por cualquier parte cuando las flores adornan el desierto en un fenómeno natural sobrecogedor.

REGULACIONES EJEMPLARES

Estas regulaciones siempre afectan a una parte de la sociedad, pero benefician a la sociedad completa en mayor medida. El desarrollo de la institucionalidad ambiental en nuestro país es un ejemplo para América. Somos líderes en la protección ambiental, aunque por supuesto que tenemos que mejorarla: el reciente caso de la mina Dominga ha mostrado debilidades de la institucionalidad, en el conocimiento científico, que debe servir de base para apoyar las decisiones con respecto al medio ambiente, y en la forma de tomar esas decisiones.

El tribunal ambiental, una institución de muy reciente creación, reconoció este problema y usando la autoridad que le dio la ley, ordenó que se revisara el proceso. Es de esperar que el proyecto y la decisión se revisen para hacer que la situación resulte en un beneficio neto para la sociedad. En este caso podemos decir que la institucionalidad está funcionando, aunque con algunos problemas en el camino.

Debemos reconocer que el Estado no es el único responsable en la protección del medio ambiente. La empresa privada, una de las mejores formas de organización para el desarrollo, también puede actuar por iniciativa propia. Además de respetar todas las normas, pueden adelantarse a ellas, escuchando a los ciudadanos en su rol de consumidores, que ya no solo consideran la calidad y precio de un producto o servicio, sino también su impacto ambiental.

EMPRESAS PONIÉNDOSE AL DÍA

La Sofofa, principal gremio industrial del país, ha creado una herramienta para que las empresas se autoevalúen mucho más allá de solo su rentabilidad. Un importante primer paso. Porque un negocio que no es sustentable no tiene futuro hoy en día. Tarde o temprano enfrentará la realidad a través de regulaciones más estrictas o del rechazo de sus clientes. Las grandes compañías internacionales han reconocido esta realidad antes que nuestras empresas, que se están poniendo rápidamente al día.

Pero la responsabilidad final está en todos nosotros. Como ciudadanos tenemos muchas formas de ejercer nuestra responsabilidad: podemos disponer adecuadamente de nuestros desechos, podemos elegir productos y servicios más amigables con el medio ambiente, podemos esforzarnos un poco más y reciclar nuestros desechos, y podemos respetar las regulaciones cómo la prohibición del uso de ciertos combustibles en algunos momentos o regiones del país.

¿Será mucho pedir?
Tal vez. Pero nuestra sociedad ha avanzado mucho en dimensiones similares como la justicia y convivencia social. Hoy nos respetamos mucho más que antes (aunque los recientes movimientos sociales muestran que queda mucho por mejorar). ¿Podemos respetar el medio ambiente, que es parte fundamental para nuestra supervivencia y bienestar? Los invito a participar en el curso Gestión Ambiental de los diplomados de Clase Ejecutiva UC. Es un pequeño paso esta dirección.

La Ley de Responsabilidad Extendida del Productor, REP: Una nueva forma de regular

Una de las más recientes regulaciones ambientales es la Ley REP, cuyo objetivo es aumentar la tasa de reciclaje en el país. Actualmente en Chile se generan 16,9 millones de toneladas de residuos sólidos cada año, 6,5 millones residuos municipales y 10,4 millones de residuos industriales.

Hasta ahora la gestión de residuos es reactiva: una vez usado, un producto se convierte en residuo, y nadie es responsable de su valorización. Diversas iniciativas municipales y privadas hacen que la tasa de reciclaje sea actualmente menos del 10%, centrado en algunos productos como las latas de aluminio, el vidrio y las botellas de plástico desechable. El resto termina, en el mejor de los casos, en vertederos, cuando no en el ambiente y en el mar, como hemos aprendido con horror acerca de los productos de plástico. Se pierden recursos valiosos, y se genera un daño ambiental importante.

La clave la tienen los productores

¿Cómo minimizar esta generación de residuos?
La clave la tienen los productores, que pueden rediseñar sus productos de modo de que sean más fáciles de reusar o reciclar. Por eso la ley les endosa a ellos la responsabilidad de hacerse cargo de ellos, cerrando el ciclo que comienza en el diseño y la producción hasta la recuperación y valorización. Los productos prioritarios a los que se aplicara inicialmente la ley incluyen baterías, aceites y neumáticos, aparatos electrónicos y pilar, y envases y embalajes.

Lo novedoso de esta ley es que asigna la responsabilidad de la gestión, no la forma en que debe realizarse la recuperación, y que incluye a todos los actores involucrados: los productores, las municipalidades, y los recicladores de base. Su aplicación será un gran paso en la gestión sustentable en Chile.

Más antecedentes en http://leydereciclaje.mma.gob.cl

FUENTE: El Mercurio
Fecha: 22-05-2018

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