Robo de cobre: medianas y pequeñas mineras enfrentan asaltos día por medio
- Un robo cada día y medio afecta a la mediana y pequeña minería desde mediados de diciembre, denunció el presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), Jorge Riesco.
Más de 20 asaltos a faenas en poco menos de 40 días, perpetrados por bandas organizadas que sustraen mineral, pero también vehículos, generadores eléctricos, compresores de aire para perforaciones, explosivos y todo lo que puedan llevar, denunció Sonami.
Estos asaltos, relató el dirigente, han ocurrido preferentemente en la Tercera y Cuarta Región.
Los materiales sustraídos se venden en otras regiones, como la Región de Valparaíso e incluso O’Higgins, según han detectado en el gremio.
No se investiga
Riesco mostró su preocupación porque, dado que son faenas en zonas alejadas de los centros urbanos, muchas veces las fuerzas policiales no llegan al lugar del atraco y cuando lo hacen, las denuncias no se investigan. “No hay seguimiento de parte de la Fiscalía a la cadena de receptación e intentos de comercialización, lo que puede resultar crucial en el éxito para desbaratar estos ilícitos”, señaló.
El presidente de Sonami hizo ver que esta falta de diligencia también afecta al ánimo de los pequeños y medianos mineros, muchos de los cuales nunca habían sido víctimas de asaltos de este tipo durante el desarrollo de su actividad.
El año pasado, el Ferrocarril Antofagasta Bolivia (FCAB), del grupo Luksic, enfrentó 39 asaltos durante el año 2022, donde destacaba la organización de las mafias, su poder de fuego y su extrema violencia.
Robos a la mediana y pequeña minería
En el ejercicio anterior, fue atacada Minera Las Cenizas en un violento asalto a la planta de Taltal, en la Región de Antofagasta, cuyo gerente general, Cristián Argandoña, es vicepresidente de Sonami.
Ruta del delito
El gerente general de la Asociación de Industriales de Antofagasta, Fernando Cortés, señaló que hay evidencia de que el cobre robado llega a puertos como Iquique, Arica y San Antonio con la intención de llevarlo fuera del país y también hay sospechas de que el material sustraído sale del país, en particular a naciones vecinas, como Perú.
Las bandas que operan en la Segunda Región, esconden el cobre en algún lugar cercano a Antofagasta a la espera de tener un cliente y para luego vendérselo o seguir la cadena de comercialización.
En el caso de los cátodos, se haría a través de empresas que “blanquean” los papeles del mineral.
Organización y poder de fuego
Para el presidente de Sonami, si bien el robo de cobre es algo que sucede desde hace tiempo y que se incrementa cuando el precio del metal aumenta, lo que distingue la arremetida del último tiempo es el nivel de organización, su poder de fuego y la intensidad de los eventos delictivos.
“Son organizaciones con numerosos miembros activos, que cuentan con vehículos, armas, equipos; que conocen cómo entrar a las faenas y qué llevarse. Y son extremadamente violentos”, asevera Riesco.