¿ Qué es la «ecoansiedad», el mal que padecen cada vez más jóvenes?

  • Reacción frente a los efectos del cambio climático
  • Según expertos, esta condición que se entiende como «un temor crónico al cataclismo ambiental» ha aumentado. Se puede tratar con terapia y a través de experiencias positivas con la naturaleza.
  • La ecoansiedad se puede tratar con las técnicas usadas para la ansiedad en general, pero también al participar de experiencias positivas con la naturaleza o de activismo político en torno al cambio climático, dice Susan Clayton, profesora de psicología.

«No quiero que tengas esperanza, quiero que entres en pánico. Quiero que sientas el miedo que yo siento todos los días y luego quiero que actúes», dijo Greta Thunberg en el Foro Económico Mundial del 2019.

Ella no es la única joven que ha exhibido miedo en torno al cambio climático. Y es que es tanta la ansiedad que genera el futuro del medio ambiente entre adolescentes y adultos jóvenes, que en años recientes se ha popularizado un término que se refiere a ello: la «ecoansiedad».

La American Psychological Association (APA) y ecoAmerica, una organización medioambiental, definieron en el 2017 a la ecoansiedad como «un temor crónico de un cataclismo ambiental».

Por su parte, Susan Clayton, profesora de psicología y estudios ambientales en College of Wooster, Chio (EE.UU.) y coautora del informe, «La salud mental y nuestro clima cambiante», dice en entrevista con «El Mercurio» que «la ecoansiedad no es un término clínico establecido, sino que es un término que las personas han empezado a usar para describir la ansiedad asociada con el cambio climático».

En cuanto a la cantidad de personas con este temor crónico, explica que «sabemos que hay más personas preocupadas por el medio ambiente que antes, también existen encuestas en varios países que indican que la preocupación está aumentando».

Y aunque no hay una cifra exacta acerca de cuánta población se encuentra afectada por esta condición, agrega, «de forma anecdótica algunos psicólogos clínicos o terapeutas hablan de que una mayor cantidad de personas reportan este tipo de ansiedad».

Por su parte, el doctor Pedro Retamal, psiquiatra de la Clínica Santa María, dice «que este concepto no se usa mucho en Chile». Y a su parecer, el término y las cifras en realidad son efectistas, es decir, buscan causar alarma porque no diferencian entre la enfermedad y síntomas que pueden ser normales.

Pero Magdalena Sanfuentes, médico psiquiatra y psicoterapeuta, dice que «desde hace más de 10 años se ha empezado a describir la presencia de distintas expresiones de malestar psicológico asociadas a la conciencia de los cambios acelerados en el clima».

Sin embargo, la especialista acota que «la aparición de emociones incómodas asociadas a estos temas es, en esta época, algo esperable, incluso deseable como confirman los ecologistas, porque refleja una sensibilidad ampliada a lo que ocurre en el ambiente más allá del entorno inmediato».

No obstante, explica, hay que estar alertas: «Cuando este malestar traspasa un límite de tolerancia que es particular para cada persona, puede transformarse en un estado emocional paralizante, que además de mermar el bienestar de la persona y deteriorar su funcionalidad en diversos ámbitos, deja con menos capacidad real de tomar acciones que se dirijan a mejorar el origen mismo del malestar, es decir, el calentamiento global».

Miedo a un no futuro

Asimismo, «es más frecuente observar trastornos como la ecoansiedad o ecoangustia en niños y principalmente adolescentes, quienes por su biología y etapa vital suelen estar más sensibles a detectar los puntos de incongruencia del entorno», precisa Sanfuentes.

Este cuadro también se puede presentar, agrega, «en embarazadas y puérperas, cuya atención particularmente se dirige hacia amplificar aquello que favorece el desarrollo de la vida y frenar aquello que la amenaza».

Juan Ariel Zúñiga, psiquiatra y jefe de Salud Mental de Vidaintegra, añade que «la visión catastrófica del cambio climático total genera ansiedad, sobre todo frente al futuro, como un no futuro para los jóvenes. Esta ansiedad en los jóvenes se manifiesta en no querer tener familia, no casarse, no proyectarse muy a futuro y vivir un poco en el presente absoluto».

En relación al tratamiento, Clayton dice que las técnicas usadas para tratar la ansiedad en general son útiles también para la ecoansiedad.

Y agrega que «algunos terapeutas incorporan a la terapia experiencias positivas con la naturaleza, cómo caminar en áreas naturales o activismo político, ya que si las personas afrontan activamente el tema, podrían sentir un poco más de control en relación a este».

En ese sentido, enfatiza que lo más importante cuando un paciente aborda el tema de la ansiedad por el cambio climático en la consulta es que «el terapeuta reconozca y valide la legitimidad de sus miedos».

 

M. Isabel Méndez

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