Inteligencia Artificial
Falta de propósito estratégico
- Estudio “ConvergencIA 2025” realizado por la empresa consultora Deloitte revela que la adopción de IA en Chile avanza rápidamente, pero enfrenta un desafío crítico de falta de propósito estratégico.
Muchas iniciativas se quedan en fase piloto porque no responden a un caso de negocio sólido, lo que genera proyectos inconclusos y desperdicio de recursos.
Alta adopción inicial
De acuerdo al estudio, un 83% de las empresas chilenas han incorporado IA en algún proceso; 72% la usa hace más de un año; pero solo 9% tiene soluciones de IA generativa plenamente integradas a la cadena de valor y procesos centrales, con beneficios que se concentran en eficiencia operativa, reducción de costos y mejor experiencia de cliente, siendo el sector financiero el que lidera en inversión y madurez.
Problema
El problema central que se presenta es que gran cantidad de pilotos no logran escalar ni se consolidarse porque no tienen un caso de negocio claro detrás, de aquí que un 31% de las organizaciones ha realizado pilotos de IA generativa en áreas específicas no pasaron a implementación real.
Ansiedad organizacional
Una de la razones que contribuye a la baja consolidación es la “ansiedad organizacional” que presiona a los directorios y gerencias por no quedar atrás en la ola tecnológica y tener cuanto antes “proyectos de IA en marcha”, lo que genera iniciativas sin claridad estratégica que definan previamente el “para qué”.
Brecha crítica entre conciencia y práctica digital

Resultados similares arroja el estudio del Instituto de Directores que revela una brecha crítica entre la conciencia y la práctica digital de los líderes empresariales en Chile, donde la gran mayoría reconoce la importancia de la transformación digital y el rol de la inteligencia artificial (IA), pero casi la mitad no ha usado estas herramientas y menos de una cuarta parte de las empresas cuenta con políticas de IA.
En este estudio las barreras estructurales más relevantes son el déficit de conocimiento digital, la falta de tiempo y la escasez de recursos que perpetúan una gestión reactiva frente a los desafíos tecnológicos.
El informe concluye que los directorios deben evolucionar desde el discurso hacia la acción, creando instancias de seguimiento, invirtiendo en formación de sus miembros y consolidando la digitalización como parte estructural de su agenda.
Solo así podrán impulsar la resiliencia y competitividad empresarial en el contexto de acelerada transformación digital.










