El trabajo híbrido requiere mucha más comunicación y empatía de parte de todos
Cada vez más oficinas se suman a esta modalidad:
Escuchar las inquietudes de los otros, informar cómo se llevarán a cabo las tareas y los protocolos de seguridad es clave para esta nueva forma de trabajar. Es esperable que esta etapa produzca ansiedad, por eso deben existir espacios de contención.
Salud mental en monitoreo constante
«Ahora la salud mental debe ser un dato importante en la organización, por lo que tiene que estar integrada en todo«, opina Ignacio Puebla, jefe de Cultura de la Seguridad de Mutual de Seguridad. Por eso el contexto de cada trabajador se vuelve relevante.
María José Bosch, directora del Centro Trabajo y Familia del ESE Business School, concuerda. «El teletrabajo nos abrió las casas, nos mostró cómo vive cada uno al ver pasar a un niño o un adulto mayor por la cámara, y dio mucha información de la necesidad del balance trabajo-familia«, asegura.
Por eso en el contexto actual la empatía es crucial. «Puede ser que el teletrabajo me vino bien y no me afectó tanto la pandemia, pero otros pudieron haber perdido un familiar, por ejemplo«, dice Nicolás Orellana, psicólogo de Riesgos Psicosociales de la Asociación Chilena de Seguridad. Por eso es necesario generar instancias de contención emocional. «El líder del equipo debe estar atento a, por ejemplo, si un colaborador está más callado o se salta el almuerzo por temor al contagio«, dice. Pero lo ideal sería que todos los trabajadores se capacitaran en primeros auxilios psicológicos, «para que todos puedan contener a un otro y no solo sea tarea de unos pocos».
Hace año y medio muchos se vieron forzados a trabajar desde sus casas. Aunque fue difícil, la adaptación se logró y se generaron nuevas rutinas y formas de hacer. Hoy, con la mayor apertura, mientras unos ansían la vuelta al trabajo presencial, otros le temen. Pero independientemente de a qué grupo se pertenezca, el trabajo híbrido requerirá que todos se vuelvan a adaptar. Por lo menos, a diferencia de lo que pasó a principios de la pandemia, ahora el proceso será de a poco.
Buen balance
«Hoy existe un equilibrio nuevo. Cuando se les pregunta a las personas si quieren volver a trabajar presencialmente, la mayoría responde que sí, pero entre dos y tres días a la semana«, dice María José Bosch, directora del Centro Trabajo y Familia del ESE Business School. Y esto es parejo para hombres y mujeres, y también para todas las edades.
«El estar presencialmente en el trabajo tiene un efecto social, de sentido de pertenencia. Pero también hay muchas negociaciones que solo se logran en las conversaciones de pasillo o en el café«, explica la especialista. Esto hace que muchos quieran volver, aunque sea de a poco.
Tanto el te letra bajo como el trabajo híbrido no solo tienen complejidades, como el ser nuevos para la mayoría, sino que también se enmarcan en el contexto personal y familiar de cada uno. Por eso el querer volver o no tiene varias aristas.
Lo primero es que, en menor o mayor medida, la vuelta genera ansiedad en todos. «Por eso es fundamental que si no se ha vuelto aún, se comunique con antelación y claridad cómo será el retorno«, dice Nicolás Orellana, psicólogo de Riesgos Psicosociales de la Asociación Chilena de Seguridad.
Ese cómo dependerá de la realidad de cada empresa, pero todas deberían implementar un plan de gestión del cambio y establecer protocolos, agrega Ignacio Puebla, jefe de Cultura de Seguridad de Mutual de Seguridad. «Por esa singularidad de cada caso es necesario comunicar bien«, agrega.
La claridad en la información va a permitir bajar parte de la incertidumbre, algo que ha predominado en la pandemia, pero también permitirá tener las reglas claras. «Incluso se puede incluir a los mismos colaboradores en la elaboración de las medidas, lo que les permitirá sentir que tienen cierto control sobre el retorno», dice el experto. Ello puede tener un impacto directo en la reducción de los síntomas ansiosos.
«La comunicación es esencial para ambas partes, trabajadores y empresa«, advierte Nicolás Orellana. «Son los líderes de equipo los que tienen la tarea de crear esos espacios de conversación«, agrega.
Si bien los niveles de ansiedad varían según la persona, el especialista recomienda que esos espacios de comunicación se den con todo el equipo, y no de uno a uno. «De esa manera, se pueden identificar las preocupaciones comunes y todos se pueden dar cuenta de que a otros les pasa lo mismo«, explica.
Ahora, este espacio no solo debe darse cuando recién comienza el trabajo híbrido, sino que debe ser una constante, ya que la salud mental ahora también necesita ser considerada en el lugar de trabajo.
Además de lo anterior, para que todos se sientan cómodos con el retorno, este tiene que ser seguro. «Debe ser un requisito que todos estén vacunados y eso no debe ser asumido, sino que debe controlarse con el pase de movilidad«, asegura Nicolás Orellana. De la misma manera, tiene que exigirse el uso de mascarilla y el respeto por los aforos.
Cosas prácticas como, por ejemplo, saber con antelación si se puede comer la colación de media mañana frente al computador o si se necesita ir a un lugar especial también ayudan a bajar la ansiedad general y a mantener la seguridad.
Nueva coordinación
En cuanto a la organización del trabajo en sí, también es clave la comunicación constante, coinciden los expertos. Depende mucho del tipo de organización, pero muchas veces los equipos se tendrán que dividir para disminuir el riesgo de que todo el grupo se enferme y deje de funcionar, explica María José Bosch. «Ahora, si esa división será siempre la misma o se mezclarán, es algo que se debe ver caso a caso«, agrega.
Por eso es tan importante que todo el mundo esté siempre informado de lo que está pasando, no solo para saber a qué atenerse, sino también para disminuir la incertidumbre que esto pueda provocar. «El tipo de trabajo híbrido que se realice depende directamente del negocio de la empresa. El cambio es tan radical para todo el mundo que aún no sabemos cómo funciona, por lo que esta será una etapa de prueba y error«, explica la especialista.
Otro problema que podría surgir con la modalidad híbrida es que de alguna forma los que están teletrabajando queden un poco excluidos. Por eso los expertos recomiendan seguir con la reuniones virtuales de todo el equipo, es decir, que quienes están en modo presencial se conecten desde su mismo puesto de trabajo. Esto además puede facilitar el proceso para las empresas que no cuentan con espacios para reuniones con el aforo suficiente.
Si bien esto parece ir en contra de la finalidad del trabajo presencial, realmente no lo es. «Existen datos de otros países, antes de la pandemia, en que las mujeres eran las que más teletrabajaban y por eso se las consideraba menos comprometidas con la organización y recibían menos promociones«, ejemplifica María José Bosch. Por eso se debe tener cuidado con hacer diferencias en el trabajo híbrido para evitar esas percepciones infundadas.
Por último, los expertos coinciden en que esta nueva forma de trabajo debiera volver a dibujar los límites con la vida personal, al establecerse horarios y hacer que estos se respeten.