Del Cuidado del Salud
El riesgo de los alimentos «libres de azúcar»
- Comer “saludable” no siempre significa elegir alimentos cuya etiqueta dice: «libres» o «bajos» de … cualquier ingrediente, aun cuando se promocionen como saludables, como las barritas «energéticas», la granola o los yogures.

En la industria alimentaria, las etiquetas “Sin Azúcar” o “0 Azúcar” o «Libres de Azucares, no son sinónimo de “sin sabor dulce”, puesto que pueden contener azúcares naturales, como la lactosa; edulcorantes artificiales o naturales; y/o técnicas de procesamiento que potencian la sensación dulce.
Hay varias razones por las que un producto «0 Azucar» puede tener sabor dulce:
Uso de endulzantes no calóricos o artificiales
- Muchas marcas reemplazan el azúcar por edulcorantes como sucralosa, aspartame, stevia, acesulfame K o eritritol.
- Estos ingredientes, que no aportan o aportan muy pocas calorías, no elevan tanto la glucosa en sangre y le dan al producto un sabor dulce.
Azúcares naturalmente presentes
- El yogur, por ejemplo, aunque sea natural, contiene lactosa, que es un azúcar propio de la leche.
- Si el etiquetado dice “Sin Azúcar añadida”, significa que no se agregó azúcar extra, pero sí que puede contener azúcares propios de la materia prima.
Uso de saborizantes y aromas
- Cuando se añaden sabores artificiales o naturales como vainilla o frutas deshidratadas, se engaña al paladar y el producto parecer sentirse más dulce.
Los ultraprocesados

El riesgo para la salud de los azucares refinados se eleva se eleva significativamente calorías vacías provenientes de azúcares refinados y grasas poco saludables y muy pocos nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y fibra.
El procesamiento cambia la estructura del alimento, lo que hace que se mastique menos y se absorba más rápido, lo que reduce la señal de saciedad y facilita comer en exceso; de hecho, estudios muestran que la gente tiende a comer más calorías por comida cuando los alimentos son ultraprocesados.
Impacto metabólico negativo
Los alimentos ultraprocesados y altos en azúcares refinados favorecen el almacenamiento de grasa abdominal, muy vinculada a problemas cardiovasculares. Además, elevan rápidamente la glucosa en sangre y los niveles de insulina, lo que fomenta la resistencia a la insulina y aumenta el riesgo de diabetes tipo 2.










