Advierten de peligros por ejercicios y deporte en olas de calor

La Dirección Meteorológica de Chile ha estado alertando sobre eventos de altas temperaturas extremas para la zona central, comprendidas  las regiones de Valparaíso; Metropolitana, O’Higgins y Maule, con especial aviso para los sectores cordillera costa, valle central y precordillera.

Según lo informado por la entidad, estas olas de calor van a ser recurrentes con un pronóstico que superan los 30°C, pudiendo llegar a los 37°C, en Valparaíso interior.

Riesgos para la salud

Frente a esta situación, los especialistas indican las precauciones necesarias a tomar al momento de realizar actividades físicas sobre los 30º, dado que las altas temperaturas y la potencia de los rayos UV, elevan el nivel de riesgo, de lesiones musculoesqueléticas; y de alteraciones al corazón y al sistema respiratorio.

Impacto en el deporte

Siempre se recomienda que la actividad física en verano se realice temprano en la mañana o al caer la noche, cuando hay menos calor y menos radiación UV.

Sin embargo, por efectos del cambio climático, hoy hay mañanas en que nos encontramos con 18 o 20 grados, cuando antes había solo 12 o 13 grados.

Estas nuevas condiciones climáticas hacen que al organismo le cueste más mantener el equilibrio entre los sistemas del cuerpo, como son las sales minerales y el agua que se necesita para funcionar de manera adecuada. También le cuesta más mantener la termorregulación, es decir, nivelar la temperatura interna entre los parámetros de 36.2 y 37.4º”.

Lesiones e infartos

De este modo aumenta la prevalencia de lesiones musculares, como calambres, contracturas y desgarros; desmayos o desvanecimientos y situaciones más complejas, como alteraciones cardiovasculares, infartos agudos al miocardio o cerebrovasculares.

El problema es que se pierden grandes volúmenes de agua: 1 a 1.5 litros por hora de ejercicio. Eso acarrea pérdidas de electrolitos, principalmente de sodio, lo que hace trabajar más al corazón para mantener la presión arterial y por lo tanto estresa al sistema cardiovascular, advierten.

Más expuestos a estos riesgos

Los deportistas profesionales están bajo constante monitoreo, no así quienes hacen deportes en forma amateur; éstos, deben observar diversos factores de salud relacionados con riesgos cardiovasculares como hipertensión arterial, tabaquismo o colesterol alto; o pertenecer a etarios hombres mayores de 40 años o mujeres sobre los 50; o, quienes tienen antecedentes familiares de patologías como diabetes, problemas renales, obesidad o sobrepeso.

Deportes y ejercicios de mayor riesgo

Según los especialistas, el fútbol, profesional y amateur están considerados entre los deportes más riesgosos, “porque en éstos los parámetros fisiológicos son más difíciles de mantener o controlar por el organismo”, explica Rodolfo Hidalgo.

Le siguen en esa clasificación las actividades de alta intensidad, con muchos cambios de dirección, como el básquetbol, el balonmano o el tenis; y, aquellos de mayor duración, como las corridas, maratones o el voleibol de playa, que superan la hora y media de actividad.

En esos deportes, “la frecuencia cardíaca, respiratoria y la presión están subiendo y bajando constantemente. Entonces, no hay un estímulo constante y eso hace que toda la maquinaria metabólica y cardiovascular esté todo el rato adaptándose. En algún momento eso puede colapsar con mayor facilidad”, sostienen los académicos.

Ejercicios de altura, como el trekking en un cerro, hace la situación aún más riesgosa, ya que la radiación ultravioleta es más potente y la cantidad de oxígeno es menor. En especial, cuando se supera los 1.500 o 2.000 metros de altura.

Menor riesgo

Los ejercicios aeróbicos, como hacer bicicleta, caminar, o el jogging representan menor riesgo, puesto que permiten una mejor adaptación del organismo a un estímulo constante.

Recomendaciones
Evaluación médica

Cuando se trata de personas que pertenecen a los etarios de riesgo o que mantienen un tipo de vida más sedentaria y con hábitos alimentarios poco saludables, el ideal es hacerse una evaluación médica  del sistema cardiovascular, en reposo y en ejercicio, para ver cómo responde.

La hidratación es clave

Durante los días más cercanos dependiendo de las características de la persona y de la actividad, se recomienda una hidratación de entre 300 cc o medio litro de agua antes, durante y después del ejercicio.

Aclimatarse a las altas temperaturas

Este proceso consiste en “entrenar al organismo» progresivamente para que soporte el calor, exponiéndose a éste de forma gradual, ya sea parcelando los entrenamientos en menos minutos por sesión o bajando las intensidades.

La aclimatación se consigue, generalmente, en una o dos semanas, dependiendo del nivel de entrenamiento.

Este trabajo se puede complementar con estrategias de enfriamiento durante o posterior al ejercicio, utilizando toallas mojadas o con hielo, ingiriendo agua helada, granizados de hielo o jugos con sales y carbohidratos —que ayudan a controlar mejor el choque térmico.

Para realizar actividades de montañismo durante el verano se debe contar con buena preparación, además de estar bien hidratados, tener un buen descanso, buena alimentación y estar acompañados de personas con mayor experiencia.

Ropa adecuada

Una indumentaria inadecuada puede ocasionar una deshidratación severa o incluso choques de calor, debido a que retiene el sudor y aumenta la temperatura interna. La ropa deportiva apropiada, en cambio, permite que el cuerpo regule su temperatura por medio de la transpiración.

Debe ser liviana y ligera, que permita que el sudor caiga al suelo. Uno de los problemas habituales es que algunas personas ocupan ropa de algodón o utilizan primeras capas para aumentar la cantidad de sudor, porque erróneamente se cree que así va a quemar más grasa. Lo único que está haciendo, en realidad, es deshidratarse y ponerse en riesgo”, advierten.

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