Cristián Argandoña: «Como segmento minero, no estamos visibilizados»

«Comparto algunas propuestas que estamos impulsando desde Sociedad Nacional de Minería, las que fueron publicadas en entrevista realizada por diario El Mercurio la semana pasada.
La minería (en todos sus segmentos) puede crecer y aportar significativos recursos, para financiar los planes y propuestas de desarrollo que el país y sus habitantes requieren.
Volvemos a hacer un llamado a las autoridades para discutir seriamente estas y otras propuestas para revertir el estancamiento en nuestras producciones de cobre desde hace casi 20 años.» 

· Entrevista publicada en el Diario El Mercurio, 20-09-2024

Vicepresidente de Sonami aborda estado de la mediana minería del cobre

Desde el sector están promoviendo una serie de medidas para impulsar una mayor actividad de estas empresas y poder elevar la producción.

En la última cena de la minería, la Sonami hizo un llamado al gobierno a acelerar la tramitación de 36 proyectos mineros, buscando impulsar la inversión y empleo asociado a esta industria.

En esa línea, un foco importante del gremio minero apunta a fomentar la mediana minería, segmento que es responsable anualmente de unas 300 mil toneladas de cobre fino en producción y que busca ser diferenciado a la hora de tramitar sus proyectos reconociendo su magnitud.

«La mediana minería, desde su origen, son empresas o son proyectos que están muy insertos en las localidades donde se desarrollan y, por lo tanto, hay un uso extenso de toda la capacidad instalada que tienen esas localidades: infraes­tructura, comercio, alojamiento, restaurantes, ferretería, transporte, etcétera, y eso va generando una sinergia entre estos proyectos y el resto de las actividades económicas que existen en esta zona y se van complementando unas a otras«, sostiene el vicepresidente de Sonami y gerente general de Minera Las Cenizas, Cristián Argandoña.

Desde el gremio, destacan que estas empresas representan exportaciones por US$ 3 mil millones al año, superando a la industria vitivinícola, y exportando entre el 80-90% de lo que hace el sector de la celulosa. Argandoña ejemplifica con que si este grupo de empresa fuese un país, la mediana minería, tendría la magnitud de Polonia, ocupando el lugar 14 del ranking mundial de productores.

«Es importante darle los elementos, las herramientas, facilitar que estos proyectos puedan seguir surgiendo y puedan seguir creciendo. Hay que poner estos temas a la luz y al conocimiento de todas las autoridades para que las futuras políticas públicas se hagan cargo de este tema», reclama el vicepresidente de Sonami, y agrega que «como segmen­to minero, no estamos visibilizados«.

Y es que actualmente, no hay claridad respecto a qué abarca este sector, ya que solo está establecido que bajo una producción de 5 mil toneladas anuales, es pequeña minería, y de ahí para arriba, todas las faenas tiene el mismo tratamiento a la hora de tramitar sus iniciativas.

«Es necesario que los proyectos de la mediana minería sean absolutamente visibilizados y tengan normativa ad hoc para ellos. Porque tenemos diferencias sustantivas con los grandes. La normativa vigente ha perdido sentido práctico. No está regulando correctamente las cosas. Está sobrerregulando un sector como la mediana minería, y se está corriendo el riesgo de eliminarlo en el mediano plazo«, asegura Argandoña.

La propuesta

En el detalle, desde Sonami apuntan a segmentar utilizando los parámetros de la ley de royalty, que la pequeña minería quede bajo 12.000 toneladas, y mediana minería entre 12 mil y 50 mil. «Esto permitiría rápidamente mover la aguja de producción. Muchos productores pequeños podrían ser medianos, incluso, y algunos medianos podrían generar también mayor movimiento de lo que están haciendo hoy día y sin impacto ambiental«, dice Argandoña.

Un segundo eje apunta a distinguir los proyectos nuevos de los antiguos, de tal manera que estos últimos tengan un mecanismo mucho más expedito a la hora de renovar sus permisos, por ejemplo, para extender su vida útil. Esto afecta especialmente a las mineras medía nas, ya que se trata de faenas que tienen una duración menor de explotación por su tamaño, que los obliga a volver reiteradamente al sistema de evaluación ambiental.

«La tercera línea, dado que el país requiere crecer, nosotros decimos que hay varios proyectos que podrían incrementar su producción solamente con una autorización expresa. Entonces, abrir una ventana de tres, cuatro, cinco años e incrementar en un 20% la producción«, agrega el líder gremial.

La importancia que buscan dar a este segmento desde el gremio minero, radica en que ante la realidad de la industria local, es cada vez menos probable apariciones de faenas de gran magnitud como las que existen actualmente en operación. Prueba de aquello es que la gran mayoría de los proyectos anunciados en los últimos años son expansiones de yacimientos ya en operación.

«Los proyectos que vamos a ver en el futuro son todos alargues, o modificaciones, o ampliaciones de proyectos ya existentes, más que un proyecto greenfield. Estos anuncios que han salido con sociedades de compañías como Lundin y BHP, tratando además de generar nuevos proyectos, son iniciativas que faltan 10, 15 años para que vean la luz. Se ha instalado una discusión que es necesario despejarla, abordarla, enfrentarla como corresponde, y colocar algunos mínimos para que esta actividad pueda seguir subsistiendo, y no pasen otros 20 años pegados en los 5 millones de toneladas de cobre«, puntualiza Argandoña.

 

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