Enfermedades profesionales de salud mental al alza
-
Cifras de la ACHS revelan un aumento de 48% en 2 años.
-
El liderazgo disfuncional puede incidir en que un trabajador desarrolle una enfermedad de índole mental.
El liderazgo disfuncional se manifiesta en un escaso apoyo de las jefaturas o de la organización para enfrentar las tareas o resolver problemas y/o en un diseño organizacional inadecuado. Son los principales factores de riesgo que pueden incidir en que un trabajador desarrolle una enfermedad de índole mental.
GUIA de apoyo:
En situaciones como la que vive actualmente el país, es particularmente importante evitar que el estrés laboral se instale en diversos niveles de la organización, amenazando la salud de los trabajadores.
-
Cuide la forma como se transmiten los mensajes a sus trabajadores. Es en estas épocas de crisis cuando la solución viene más por un trabajo colaborativo ("¿qué necesitamos para salir adelante?") que amenazante ("si no cumple las metas, está poniendo en peligro su estabilidad laboral").
-
Una comunicación inadecuada puede colaborar a la conformación de una enfermedad profesional de salud mental. En este sentido, es clave el rol de las jefaturas, quienes deben ser capaces de canalizar sus emociones y no descargar su frustración o impotencia ante las consecuencias de una crisis en el lugar de trabajo. No solo será una mejor jefatura, sino que además estará velando por la salud mental de sus colaboradores.
Más allá del momento que atraviesa el país -y que ha desafiado a muchas organizaciones a buscar mecanismos para entregar apoyo a sus colaboradores en ámbitos diferentes a los habituales, como por ejemplo el emocional -, en los últimos años se ha registrado un aumento considerable en las consultas por posibles enfermedades profesionales de salud mental, las que se incrementaron un 48% entre el 2016 y el 2018, siendo el trastorno adaptativo y la neurosis laboral los diagnósticos más habituales.
Al mirar de cerca estas cifras, Andrés Herreros, gerente de División Seguridad y Salud Ocupacional de la ACHS, explica que la prevalencia de este tipo de patologías difiere bastante según el sector económico, y que cabe preguntarse las razones de estas diferencias.
Sociedad más exigente
"Los sectores Gobierno-Municipalidades, Educación y Servicios de Salud representan un 25% de la cantidad de trabajadores; sin embargo, concentran un 60% de los casos de enfermedades profesionales de salud mental que atendemos. En el otro extremo, los rubros de la Pesca, Minería, Forestal, Construcción, Acuícola y Agrícola representan un 20% de la cantidad de trabajadores, concentrando un 3,4% de los casos de enfermedades profesionales de salud mental".
Volviendo al aumento global de estas enfermedades, la literatura sugiere que podrían ser el reflejo de las transformaciones de la matriz productiva del país, así como los cambios experimentados por la sociedad chilena, que se ha vuelto más demandante y exigente y donde se perciben mayores niveles de agresividad en el trato.
Quienes atienden a terceros de manera directa, como profesores, personal de salud o de servicios públicos y vendedores, podrían estar más expuestos a recibir un trato hostil por parte de los usuarios de esos servicios, lo que constituiría un estresor importante, sobre todo si es agravado por un bajo apoyo o preparación para abordarlos.
Dentro de los factores de riesgo identificados por la ACHS, los principales son liderazgo disfuncional (40%), bajo apoyo social de la jefatura o de la organización (31%) y un diseño organizacional inadecuado (26%).
"Muchas veces las empresas y sus líderes no son conscientes de estas brechas y el impacto que pueden tener en la salud mental de los trabajadores. O bien, se ven enfrentados a dinámicas de violencia y estrés al interior de los equipos, o desde afuera, sin contar con las herramientas para abordarlas”; puntualiza Herreros.
Por eso desde la ACHS están trabajando con sus entidades adheridas para controlar mejor los riesgos psicosociales. El objetivo es, por un lado, visibilizar una problemática creciente y, por otro, buscar espacios de mejora. "En la medida en que seamos capaces de cuestionarnos cómo hacer mejor las cosas, es posible desarrollar metodologías y herramientas para hacerle frente. Nuestro deber como la mutualidad líder del país es velar por que las organizaciones aseguren espacios libres de riesgo para los trabajadores de Chile y sus familias”; concluye Herreros.
Una tendencia que cruza fronteras De acuerdo con el profesor norteamericano de la Universidad de Standford, Jeffrey Pfeffer, autor del libro "Muriendo por un sueldo" en los últimos años, "mientras los accidentes laborales han bajado, el estrés en el trabajo ha ido al alza. En su libro, indica que "el 61% de los trabajadores de ese país refiere que el estrés en el trabajo los ha hecho estar físicamente enfermos y el 7% asegura haber estado hospitalizado a causa de la exposición a este factor".
En cuanto a la solución, en entrevista con la BBC afirmó que "tenemos que hacer algo para detener esto. Pero no seremos capaces de hacer nada a un nivel individual. Si quieres resolver el problema de manera sistémica, se re¬quiere una intervención general que debe provenir de algún tipo de regulación".
Cómo se califica una enfermedad profesional
-
Denuncia por Enfermedad Profesional (DIEP). Trabajador/a se presenta en cualquier centro de la mutualidad indicando síntomas y situación que le aqueja.
-
Evaluación Médica y exámenes de estudio. Consulta con médico, quien puede indicar reposo/tratamiento, de considerarlo necesario. Consulta con sicólogo que levanta antecedentes del caso.
-
Evaluación de las condiciones de trabajo. Obtención de nuevos antecedentes y recopilación de información sobre las condiciones del trabajo a través de entrevistas con compañeros de labores referidos por el/la trabajador/a y con representantes de la empresa. Se busca representatividad de ambas partes.
-
Comité de Calificación. Conformado por un psiquiatra, un médico del trabajo y un sicólogo, quienes discuten los antecedentes presentados para decidir sobre la calificación laboral del caso, identificación del agente y medidas inmediatas a considerar.
-
Resolución de la Calificación (RECA). Envío a trabajador y empresa de resolución de calificación, que, en caso de ser acogida, incluye el agente de riesgo identificado y la instrucción al empleador de cambio o adaptación del puesto de trabajo, a fin de protegerlo/a de la situación que lo aqueja.
-
Prescripción de Medidas y Vigilancia. En caso de ser acogido, se prescriben medidas correctivas y la obligación de entrar a un programa de vigilancia para el centro de trabajo donde se identificó el agente de riesgo, con el fin de prevenir otros posibles casos.
-
Posibilidad de apelación. Es un derecho tanto del trabajador/a como del empleador, apelar a la resolución de calificación y esto lo puede hacer entregando nuevos antecedentes tanto a su mutualidad como a la SUSESO.
FUENTE: El Mercurio ACHS
Fecha: 15-12-2019